Entonado luego de lograr la clasificación a la Libertadores del año que viene, la Academia pisó fuerte en la segunda fase de la Sudamericana y, si no liquidó la historia en el partido de ida contra el DIM fue por esa cuota de suerte que siempre hace falta. Con un fútbol de alto vuelo, ganó 3-1 y mereció meter alguno(s) más. La única mala fue la lesión tempranera de Lautaro Martínez, quien dejó el campo entre lágrimas y preocupa.
El equipo de Cocca fue un aluvión de entrada. A pesar de no tener a Lisandro ni a Bou, y de la lesión de Martínez, una de sus grandes figuras, redondeó un partidazo con fútbol de alto vuelo, con varios valores altos: Acuña, Fernández, Aued, el Pulpito Gonzalez. Todos en sintonía y la orquesta afinadísima. Barbieri, siempre peligroso en las pelotas quietas, abrió la cuenta, luego llegó el segundo, de Brian, con un gran remate cruzado y, sobre el final de la primera mitad, a González se lo negó el travesaño.
Una desatenció permitió el descuento de los colombianos en el arranque del complemento, pero lejos de caerse, Racing fue a buscar nuevamente la ventaja. Y la encontró luego de una buena jugada que Acuña transformó en un golazo inatajable.
Ahora llega el tiempo de parar la pelota, pensar en refuerzos (sobre el final debutó Noir) y recuperar lesionados. El partido de vuelta en Medellín tendrá lugar recién a fines de julio, el jueves 27, pero a juzgar por lo que mostró esta noche en la cancha, el DIM la va a tener muy brava para arrebatarle a Racing el pase a la siguiente ronda.