Barajar y dar de nuevo. Corregir los errores que tuvo en el comienzo de la eliminatoria y sumar los primeros puntos fue el objetivo que se planteó Perú. Lo logró, por mérito propio y también porque su oponente le facilitó la tarea. Paraguay llegaba invicto, sin goles en contra. Sin embargo, expuso más falencias que virtudes y repitió el karma de irse con las manos vacías de Lima, donde nunca ganó y también le cuesta anotar goles (el último en 2003, en la derrota por 4-1).
Fue exiguo el 1-0 favorable para Perú. Por situaciones, el marcador bien pudo ser más amplio. Además tuvo mayor fluidez en el juego, con un mejor control del balón. Paraguay apostó al contraataque y a una jugada con pelota parada, en la búsqueda del cabezazo salvador o forzar el error en las flojas salidas del arquero Diego Penny -un grandote de 1,97 metros- como aquella a los 11 minutos que Yoshimar Yotún alcanzó a rechazar en la línea.
El gol llegó a los 19 minutos luego de una gran jugada individual de Renato Tapia: recuperó la pelota, juntó marcas y le dio pase a Paolo Guerrero, quien se la punteó a Jefferson Farfán, libre para rematar y definir al palo derecho.
En el cierre del primer tiempo, dos chances seguidas por envíos de Farfán pero Guerrero y Claudio Pizarro (37 años, jugó como enlace) malograron sendos cabezazos.
Paraguay lo tuvo a los 18 minutos del complemento y el remate del debutante Hernán Villalba (el volante de Newell's) exigió a Penny. Poquito para aspirar al empate.