Quizá el torneo no sea relevante, pero sí que quien lo ganó se convirtió en la primera campeona post retorno de la actividad tras el aislamiento originado por la pandemia. Eso sí que debería quedar en los libros.
Petra Kvitova, número 12 del mundo en el ranking de la WTA, recibió el trofeo válido por la Copa Presidente, jugada desde el martes en Praga, de manos del la cabeza de la organización, que lució, como corresponde, barbijo, ya que los tapa boca fueron obligatorios para todos, y las jugadoras solo se los pudieron sacar para jugar.
El certamen de exhibición se desarrolló bajo estrictas medidas de sanidad, con un puñado de espectadores autorizados y distanciados entre sí, y gente fuera del club que pudo espiar las acciones desde el otro lado de una reja. La checa venció a su compatriota Karolina Muchova (26ª) por un doble 6-3 en una definición interrumpida por lluvia pero que, como símbolo, debía terminar.
El campeonato juntó a ocho mujeres y ocho varones del país. Las circunstancias fueron "realmente extrañas, espero que todo regrese a la normalidad", dijo la campeona.
"Los guantes, las mascarillas, no había nadie para darnos las toallas, no poder darse la mano, acostumbrarse a jugar sin público. Todo era realmente extraño", declaró la doble campeona de Wimbledon sobre esta primera competición de tenis autorizada en la República Checa desde que el confinamiento comenzó a ser menos estricto, como en gran parte de Europa.
El cuadro masculino fue ganado por Michael Vrbensky (20 años y 405º del mundo), que venció 6-4, 6-7 (5) y 10-8 a Ddenek Kolar(226°).
La temporada se encuentra detenida desde marzo por la pandemia, que ha provocado 318 fallecidos en la República Checa, donde, ahora, se pueden realizar eventos con máximo de 300 personas.
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