Cuando el árbitro inglés Mark Clattenburg dio por terminado la final entre Francia y Portugal, todo el banco luso saltó al campo de juego en muestra de felicidad absoluta, ya que el gol de Eder significó la obtención de su primera Eurocopa. Una que fue muy celebrada en el campo de juego del Stade de France, y que dicha fiesta trasladó a su tierra natal.
El plantel campeón regresó a casa y desde que puso un pie en Portugal fue ovacionando por todo el público que fue a recibirlos al aeropuerto. Luego, Cristiano Ronaldo y compañía se subieron a un micro decorado por la obtención de la Euro, y partieron rumbo a la casa de gobierno de su país, en donde lo esperaba el presidente.
Marcelo Rebelo de Sousa, mandatario portugués, saludó uno por uno a cada integrante del plantel campeón en el Palacio de Belém y los felicitó por el objetivo cumplido. "La unidad y la humildad fueron fundamentales para este logró", expresó el presidente.