El 8 de enero de 2018, desde las oficinas del Monumental, confirmaban la compra más cara en la historia de River. En una época de trasferencias poco rutilantes, el Millonario le hacía honor a su mote y le desembolsaba 11.500.000 millones de euros al San Pablo. Nunca antes el club había pagado un monto de ocho cifras (al cambio en dólares eran casi 14 millones) y tras unos primeros partidos de flojos rendimientos, los cuestionamientos no tardaron en llegar.
Es que sus 29 años (hoy 32) daban que hablar por la nula capacidad de reventa y por ser una inversión fuerte, en un fútbol argentino donde no abundan los dólares. Sin embargo, el tiempo (y sobre todo los goles importantes) revirtieron su imagen, cambiando cualquier duda en aplauso y alguna que otra crítica en alabanza. Se terminó convirtiendo en el Oso de la gente.
Al equipo paulista hubo que pagarle unos millones más por la cláusula de partidos jugados y por haber sido campeón de la Libertadores, pero poco importó justamente por la coronación continental más importante que tuvieron los de Núñez en su existencia, donde Pratto convirtió un tanto en cada definición.
El del empate en La Bombonera, la igualdad en Madrid o la corajeada ante Paranaense por la Recopa Sudamericana fueron solo algunos de los gritos más trascendentales que supo obsequiarle el delantero a todos los fanáticos de la Banda. En total, deja un registro de 109 encuentros, con 26 tantos convertidos y 18 asistencias.
Ahora el futuro del goleador nacido en La Plata estará en el Feyenoord holandés, donde se va a préstamo por seis meses, entre otras cosas, para ganar mayor continuidad de la que venía teniendo en los últimos tiempos. Es que el atacante padeció varias lesiones y los buenos niveles de Borré y Suárez le fueron quitando lugar. Entre mermas físicas, pocos minutos y el inicio de la pandemia; el 27 de River llegó a arrastrar una sequía de un año, tres meses y 20 días sin poder convertir.
Pese a todo se quedó y logró anotar un doblete en la goleada 6 a 0 ante Binacional. Durante el 2020 disputó un total de 19 encuentros (sobre los 27 que jugó River) y marcó cuatro goles. En estos casi dos años que vistió la casaca del Millonario, le aportó a las vitrinas del club cuatro títulos (una Libertadores, Recopa, Supercopa y Copa Argentina). Claro, también le inventó un significado a una simple postura cruzando los brazos, su selló en cada festejo de gol.