El recientemente designado por Dunga capitán de la Selección de Brasil demostró que es humano. Se lo ha visto hacer maniobras imposibles de imitar con el balón, pero también tiene errores como cualquier mortal.
Después de clavar un golazo en el amistoso contra Colombia, que finalizó 1-0 el viernes pasado, desperdició una situación insólita frente a Ecuador. El resultado se repitió y el ciclo del entrenador sumó otra victoria, pero la nota la dio el crack del Barcelona con un gol malogrado digno de amateurs.
Neymar recibió la habilitación y había superado la posición de su marcador. Con el arquero desparramado delante, solamente tenía que soplarla para anotar, pero todo se le complicó. Decepcionado, buscó consuelo abrazando el poste.