Racing no podía quebrar al pibe Benítez, hasta que el entrerriano Bou dijo presente con un formidable zapatazo de tiro libre. Así, la Academia alcanzó momentáneamente en la cima a River (juega con Olimpo) y en la próxima lo recibirá en Avellaneda.
Asomaba complicada la noche en la ciudad de Quilmes. Por las intervenciones del arquero Benítez, por la expulsión de Cabral a quince minutos para el final. Pintaba negra. Amarga. Sin el sabor del encuentro. Pero este Racing, que se hace fuerte a base de victorias, tiene a un salvador: Gustavo Bou. Y gracias a la aparición del goleador (diez tantos), criticado en su llegada y hoy alabado, la Academia ganó y se trepó a lo más alto junto a River (juega este domingo ante Olimpo). Ah, con el Millo se cruzará en la fecha próxima en Avellaneda.
La diferencia de puntos en la tabla entre ambos equipos no se hicieron presente en el desarrollo del juego en sí. Especialmente en los primeros 45 mintos, Quilmes se mostró ambicioso. Lejos de especular, sin dejar jugar a Racing, que careció de buen manejo de pelota. Apenas esbozó una cierta mejoría en ese último cuarto de hora, con un remate de Bou que pasó cerca y algunos arranques de Milito y Centurión. Casi en el final, se dio una gran polémica: sólo Laverni vio una sujección de Cabral a Fernández y sancionó penal, atajado por Saja ante el remate de Seba Martínez.
La Academia salió con mayor decisión en el segundo tiempo, topándose con la figura del arquero Benítez. Una serie de tapadas ante Centurión, Bou y Cabral. Excelentes respuestas. Imbatible hasta ahí el Uno de la Cerveza, que jugó algo más de contra ante la insistencia de Racing. Entró Hauche (salió Milito) en un cambio algo conservador de Cocca y, minutos más tarde, el elenco de Avellaneda se quedó con diez por roja a Cabral (doble amarilla).
Con un hombre más, los locales se animaron ante un visitante ya más desguarnecido, buscando el triunfo que parecía lejos. Hasta que Bou frotó la lámpara y rompió el molde con un formidable fierrazo de tiro libre. Nada por hacer para Benítez. Un gol más para Gustavo. Y no cualquiera, un gol determinante para llegar bien arriba.