Pasan los años y los mundiales y como los llama el famosos documental, los campeones de 1986 son cada vez más héroes en un país tan futbolero como Argentina que así como hoy tiene a Lionel Messi, tuvo tantos otros cracks pero ninguna pudo alcanzar la tan deseada tercera Copa del Mundo.
Ese equipo tuvo a Diego Maradona probablemente en la mejor versión que se le haya visto a un futbolista en un Mundial, a un estratega y detallista al extremo como Carlos Bilardo de entrenador y además de buenos jugadores, contó con un grupo de hombres con mucho carácter y mucha personalidad, entre los que estaban el entrerriano Jorge Burruchaga y Oscar Ruggeri, que recordaron la áspera reunión previa al torneo que marcó un antes y un después en la convivencia del plantel.
"Esa reunión fue dura, seria. Nadie jodió con nada, no hubo chistes. No se movía nadie, hablaba uno y el otro no interrumpía, esperaban, dejaban hablar a uno y contestaba el otro. Fue una de las reuniones más lindas en las que estuve", introdujo el Cabezón para darle pie a su compañero.
Por su parte, el autor del gol que le dio el título a la Selección Argentina, nacido en Gualeguay, agregó sobre la importancia de esa charla: "Existía el nerviosismo que algunos querían que Bilardo nos dijera diez días antes el equipo que iba a armar para el debut y otros pensábamos que no era lo mejor. Aparte tuvimos la obligación de hablar todos, no era que hablaba solo Maradona. Además, teníamos un genio con otra cabeza que era Jorge, teníamos a un García Márquez dentro de la Selección y el tipo fue un moderador tremendo", destacó Burru entre risas el rol de Valdano.
El actual manager de Independiente detalló en concordancia con Ruggeri: "Fue dura, volaban los misiles por todos lados pero todo el mundo supo mantener la calma y saber cuál era el fin de la reunión. Y el fin de la reunión era que teníamos que cerrar la boca, para no decir otra cosa, que teníamos que aceptar las reglas del juego porque aparte en esos mundiales iban cinco al banco y seis lo miraban desde la platea, no es como ahora.
Para finalizar, el gualeyo explicó cómo cambió todo después de decirse todo en la cara con sus compañeros: "Cuando volvimos a México el ambiente era otro, fue otro tipo de entrenamiento. Se hizo un pacto de palabra de no decir nada a nadie por el resto de la vida y laburar como perros tirando todos para adelante. Se fueron engranando ciertas cosas pero la primera y principal fue la reunión. Fue el punto de partida que nos llevó a ese título".