Batacazo tremendo en la Bombonera. Boca debió afrontar un examen muy exigente en la Bombonera, no lo pudo aprobar y su futuro en la Copa Sudamericana quedó muy complicado al caer por 1-0 ante el modesto Deportivo Capiatá -club fundado en septiembre de 2008- El duelo fue válido por la ida de los octavos de final de la Sudamericana.
En la primera parte, las abismales diferencias de historia y jerarquía se disimularon porque los de Arruabarrena fueron muy previsibles y porque los paraguayos se replegaron bien y metieron como para no dejar dudas de su origen guaraní.
Sin embargo, dentro de su monotonía, Boca contó con varias chances para quebrar la resistencia de Capiatá. Pero Franco, el arquero visitante, tuvo tres intervenciones sensacionales: dos ante Chávez y una, a mano cambiada, ante un remate de Castellani que viajaba al ángulo.
Antes del cierre, a los 44, con una gran dosis de fortuna, los paraguayos cantaron bingo: Angel Martínez anticipó en el primer palo luego de un córner y su cabezazo, que no tenía destino de gol, pegó en Magallán y se fue directo al fondo del arco ante la impotencia de Orión. Para sumarle desgracias a la noche de Boca, el árbitro, Sandro Ricci, se comió un grosero penal de Aquino, quien puso el brazo para detener un cabezazo de Echeverría.
En el complemento los locales monopolizaron el balón, sin serenidad para la puntada final en la zona caliente. A los 9, Arruabarrena probó con el ingreso del pibe Acosta por Castellani y con Gigliotti por Martínez. Uno ligerito por afuera y un referente de área para ver si trocaba el destino de la noche, pero nada cambió.
Los locales, sin jugar bien, pero con muchas ganas -casi una remake de la tarde del domingo contra Central- estuvieron muy cerca del empate. Franco se lució contra Meli y Magallán cabeceó desviado desde el área chica. No había caso, no era la noche de Boca, que en ocho días se jugará toda la ropa en Paraguay.
Boca tiene la obligación de darlo vuelta en Paraguay. El partido se jugará el jueves 23 en Asunción.