Boca jugará ante Corinthians de Brasil bastante más que un simple desquite por los cuartos de final de la Copa Libertadores. El partido de este martes a las 21.30 en la Bombonera (transmite Fox Sports) pondrá en disputa un proyecto futbolístico, económico e institucional que apuesta a reconquistar el máximo torneo continental a nivel de clubes tras 15 años de sequía y frustraciones.
Si Boca se clasificara al cabo de los noventa minutos de juego o en los penales, los ánimos xeneizes se retemplarán a la espera del cruce de cuartos con el ganador de la llave entre Flamengo y Deportes Tolima de Colombia. No necesita tanto para conseguirlo: le bastará con ganar por cualquier diferencia luego del empate en blanco registrado la semana pasada en San Pablo, que, de repetirse con cualquier formato, obligará a definir desde el punto del penal.
Pero si en el tiempo regular o desde los once metros, a Boca le tocara quedarse afuera, una convulsión política y deportiva sacudirá hasta los cimientos del viejo estadio de la Ribera. Tampoco está tan lejos de ello: los brasileños también pasarán con un 1 a 0 a su favor. Juan Román Riquelme como vicepresidente y máximo responsable de las decisiones futbolísticas de la institución y desde luego el técnico Sebastián Battaglia y los jugadores serán apuntados por la frustración. Reaparecerán las viejas críticas de los viejos críticos y, si la noche termina en derrota, el aire inmediatamente se hará irrespirable dentro del llamado "Mundo Boca".
Será clave la conducción que haga del partido el árbitro uruguayo Andrés Matonte. En San Pablo, el chileno Roberto Tobar soportó con autoridad las protestas y las quejas de los jugadores de los dos equipos y pudo encarrilar un trámite que a cualquier otro juez más inexperto podría habérsele ido de las manos. Matonte, designado para dirigir en el próximo Mundial de Qatar, deberá controlar el juego con firmeza desde el principio y evitar que se desnaturalice. Tanto Boca como Corinthians son dos clubes gigantescos que no sólo apuntan a pasar de ronda: quieren ganar la Copa y no escatimarán recursos para lograrlo, sean buenos o de los otros. Ahí deberá pararse Matonte para poner un límite.
Boca hará un sólo cambio respecto del equipo que sacó el empate en Brasil: reaparecerá Frank Fabra como lateral izquierdo en lugar del juvenil Matías Sandez. Y ya dejó atrás la pésima actuación de su formación alternativa que el viernes perdió 3 a 0 ante Banfield. En cambio, Corinthians es un acertijo: el plantel viene sintiendo el ajetreo de tantos partidos entre la Copa y el Brasileirao y tiene diez lesionados. Willian, el exmediocampista del Chelsea, se dislocó hace una semana el hombro derecho y ya quedó descartado. El domingo, Fluminense lo goleó 4 a 0 en el Maracaná de Río de Janeiro, un indicio más que claro de que el "Timao" no llegará de la mejor manera a la Bombonera. Pero igual, no renunciará a la hazaña.
Si el partido se definiera en los tiros desde el punto del penal, las miradas se concentrarán en las dos grandes figuras de la semana pasada: los arqueros Rossi y Cassio. Rossi le atajó un penal a Paulo Guedes y contagió seguridad. Cassio sacó varias pelotas de gol. Habrá que ver en que momento les toca, si es que les toca, convertirse en héroes de un partido que desparramará tensión dentro y fuera de la cancha.
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