Después de varios días de incertidumbre la Conmebol decidió que la final de la Copa Libertadores, entre River y Flamengo, no se dispute en Santiago de Chile, tal como estaba previsto desde fines del año pasado.
La decisión se tomó en el cónclave que se desarrolla en la sede de Luque, del que participan las principales autoridades del fútbol sudamericano y los presidentes de los clubes involucrados en la definición.
La medida es porque en el país trasandino sigue la revuelta social por el descontento con el gobierno de Sebastián Piñera, que ya dejó un saldo de 24 muertos y miles de detenidos y heridos. De esta manera no era viable garantizar la seguridad, en un país convulsionado y que tiene prevista una masiva marcha para el 23 de noviembre.
A pesar de muchos rumores de los últimas horas, el formato se respetará: se definirá la Copa en un solo partido y en cancha neutral. Y los tres escenarios con mayores posibilidades son Asunción (Paraguay), Lima (Perú) y Medellín (Colombia).