FUENTE: 03442.COM.AR
La victoria debía ser así, bajo la lluvia y el viento cruzando todo el estadio y sufrida y festejada. Porque será, además, una especie de refundación del "Lobo", con sus mejores creaciones en el césped del Núñez, con los hinchas regresando a partir de la presencia de aquellos jugadores que los hicieron felices tiempo atrás. Porque parece que se entendió, de una buena vez, que los equipos se arman a partir de buenos jugadores. Sin misterios.
Anoche, el técnico Sergio Busciglio, que también regresó, mandó a la cancha al mejor equipo posible. Enfrente, Hernán Orcellet hizo lo propio con el Depro que armó a su imagen y semejanza.
El "Lobo" ilusionaba desde el tridente que arman Padilla, Quiroga y Leguizamón. Depro imponía respeto a partir del juego en equipo, ese que aún debe conseguir el Lobo.
La noche se iba armando, poco a poco. El impresentable árbitro (¿de dónde saca el Consejo Federal estos pitos?) marcó un par de faltas inexistentes. Hasta que Robles le reventó el palo a Góngora, sacudiendo todo en el Núñez. Y de ahí salieron, veloces como los relámpagos que reventaban detrás de la tribuna sur. Góngora que saca, Bastianani de aduana, Quiroga que la baja y Leguizamón que le da como viene, pisando la línea que demarca el mundo del área rival. Seco, sin darle reacción al arquero Rougier. Golazo. 1 a 0. Con todo el condimento que se esperaba.
Al Depro poco le importó el uno en su arco. Siguió jugando. Echague, Robles y Araujo hicieron revolcar a Góngora, que ahora era más que todos, hasta más que el impresentable pito del Consejo Federal.
Pero Robles se hincho, sacó a pasear a media defensa local y la clavó contra el palo del uno llegado de los pagos de Sampayo.
Otro golazo para poner todo en parda e irse al descanso.
La segunda parte se desnaturalizó por las expulsiones del impresentable pito que mandó el Consejo Federal. Primero roja a Nico Torres (ahí expulsa a Papo Umpierrez que calentaba a instancias del línea). Luego llegó la roja al pibe Lazza; se fue Bravo en el Depro y Villagrán emparejó los números un rato más tarde. El impresentable pito del Consejo Federal desnaturalizó todo.
Hasta que se juntaron Legui y Quiroga.
Otra vez. Ahora invirtiendo los roles.
Legui servida en bandeja a Mauro, para el cabezazo goleador, de pique, sin dudar, al segundo y al de la victoria.
Se refundó Gimnasia anoche. Dejó atrás fallidos experimentos, dejó de escuchar cantos de sirenas y armó un equipo como debe ser. Con jugadores que sienten la camiseta, que quieren al club, que conocen la ciudad, sus calles, sus hinchas. Simplemente por eso. El "Lobo" decidió volver una noche, ante el Depro, que se nutre de la sabiduría de quienes salieron de él. Y ante su gente, que volvió porque palpa eso, que el Lobo está de vuelta.