El América no quería más sorpresas. Ya bastante tenían con lo visto el fin de semana y toda esa presión existente quedó de lado. Ahora tenían ante sí un encuentro de trámite puro que se juega solamente para que valga el viaje. El quinto puesto del Mundial de Clubes estaba en juego y se quedó en manos de los mexicanos.
El DT se encargó de quitar a los dos principales implicados de la estrepitosa derrota en los Cuartos de Final, Darwin y Sambueza, quienes se quedaron en el banco. En su lugar apostó por Michael Arroyo y Osvaldo Martínez. El resultado fue distinto desde el comienzo.
Los primeros minutos fueron superiores de las Águilas. Tuvieron la pelota y llegaron con constancia. El equipo estaba suelto, liberado.
El argentino Darío Benedetto marcó de cabeza el primero de la noche tras un centro preciso de Paul Aguilar. El festejo fue poco efusivo. No había mucho por celebrar y mucho menos tras la señal de Benedetto para pedir su cambio al resentir un tirón en la pierna izquierda, mismo problema que sufriera hace un par de meses.
Martín Zúñiga ingresó en lugar del delantero y la entrega fue la misma. América estaba muy cómodo en la cancha y justo 10 minutos después del primer tanto, consiguió el segundo al minuto 28. Zúñiga fue el autor después de una serie de rebotes. Ya había más tranquilidad.
Tras las anotaciones llegó la relajación y el Mazembe lo aprovechó para descontar en el marcador, ya en el ocaso del primer tiempo. Para el América, lo mejor que le pudo pasar es que se terminara la primera mitad.
En el complemento, se complicó de más el cuadro de Coapa, pero sin llegar al extremo de perder su ventaja. El DT Ambriz realizó cambios mucho más defensivos y cuidó su ventaja como no lo hizo en los Cuartos de Final.
El Mazembe empujó, corrió, intentó y disparó, pero ningún remate fue lo suficientemente efectivo como para vencer a Muñoz y su muro defensivo. América se olvidó de atacar por iniciativa y cuando lo hizo, solamente en contragolpes, no fue eficaz.
La labor ya estaba completada. Lo que quedó fue esperar a que el cronómetro se convirtiera en el mejor aliado. El quinto puesto se quedó con los de Coapa en un Mundial de Clubes que sigue como asignatura pendiente para los clubes mexicanos.