El fútbol empareja realidades que verdaderamente son opuestas y en Rosario se vivió una situación así con el empate 1 a 1 que animaron Rosario Central y Quilmes en el Gigante de Arroyito. El Cervecero saltó al campo de juego con una deuda salarial de cinco meses y una semana sin presentarse a entrenar como modo de protesta; mientras que enfrente se paró un equipo alternativo de una institución que vive uno de los mejores momentos de su vida.
Así y todo, Quilmes mostró una leve superioridad que no pudo plasmar en el marcador final. La primera etapa encontró a un equipo metido, enchufado. Sin demasiada necesidad de jugadas preparadas y con la voluntad como excusa, se topó con un error en el saque de arco rival alcanzando la apertura del marcador con una corrida del ex River Federico Andrada cuando ya la primera etapa se moría.
En la segunda parte la intensidad lentamente fue disminuyendo del combinado del Sur con cierta lógica, pero lo más problemático se dio con las chances claras que enterró. Ya sea la falla de Mansilla abajo del arco tras una buena jugada de Bontempo o la ocasión de Andrada luego de una contra. Sin merecerlo, pero metiéndolo en un arco con cierta jerarquía, Cetto apareció en soledad con un cabezazo débil que venció a Dulcich cuando ya terminaba el partido.
Lo importante en el Canalla se dará el próximo jueves cuando defina en Colombia ante Atlético Nacional el pasaje a la Semifinal de la Copa Libertadores. En Quilmes, mientras protestan por ver un peso de sus salarios, vivieron la despedida del ídolo Chapu Braña, quien se ganó la quinta amarilla y no podrá decir adiós en el Centenario contra Independiente la próxima jornada, misma situación que vivirá el Chirola Romero, quien aún adeuda un partido y no seguirá en el club.