El comienzo fue flojo, lleno de imprecisiones en la puntada final. Con 0/10 de campo en casi siete minutos Ecuador ganaba 3-7 para sorpresa de todos. Sin deseos de esperar más, el técnico Casalánguida metió un cambio completo de los cinco jugadores y mandó a su armada suplente para dar vuelta la historia. La selección en un ratito ajustó su defensa del poste bajo, siendo igual de agresivo en la línea de pase pero mejor en la contención de su zona interior con Bortolín y Leiva.
Desde allí edificó una corrida 7-2 con las corridas de Richotti para cerrar el primer cuarto 10-9 y tomar el liderazgo del tanteador que ya nunca abandonaría.
En el segundo cuarto el partido tomó un matiz de lógica y la selección pudo conseguir 12 recuperos sobre las 20 pérdidas de Ecuador. Mucha presión al balón obligando a Ecuador a tomar permanentemente decisiones individuales quebrando su juego de pases.
La selección de Casalánguida lanzó 1/9 en triples en 16 minutos del primer tiempo y cerró el primer tiempo con 3/4 desde el perímetro. La posibilidad de meter algunos tiros abiertos (de la mano de Mata) permitió que la distancia creciera hasta el 47-22 con que terminó la primera mitad.
Una vez acomodado el tanteador el entrenador pudo probar en el campo los cambios que tenía instrumentado. Primero Pablo Espinoza dio un aporte fundamental y luego se utilizó los tres aleros (Brussino, Mata y Giorgetti) al mismo tiempo que le dieron al equipo altura y versatilidad. Luego regresaron Laprovíttola y Delía y los cambios ya no alteraron el desarrollo.
En el comienzo del segundo tiempo quien calentó la mano fue Selem Safar permitiendo que Argentina promediando el tercer cuarto saque 40 puntos 64-24. Sin abandonar la asfixiante defensa, acaso por el mal momento del comienzo, la Argentina siguió muy firme atrás, exigiendo al máximo a una selección de Ecuador que tiene poco en lo individual y utilizó los recursos lo mejor que pudo.
Luego de los 40 puntos de diferencia la selección siguió con la premisa de utilizar el pase de balón más que la acción individual, salvo por los recuperos que terminaban en bandeja, los pases desarticulaban las intenciones defensivas de Ecuador. El tercer cuarto con parcial 32-4 liquidó el juego para llegar al tramo final arriba 79-26.
En el último cuarto, la selección mantuvo la diferencia pensando en la jornada de mañana ante Paraguay. No hay mucho análisis fino de esta primera presentación nacional salvo el apetito defensivo mostrado por la selección. La propuesta de marcar el poste bajo por delante hasta la línea de tiros libres, el “estilo” inamovible de pasarse el balón sin abusar del uno vs uno y un rival que también permitió mucho de todo lo bueno que hizo Argentina.