Desde el 8 de julio de 2014, cada vez que algún seleccionado argentino disputa el clásico contra Brasil, sin importar el deporte que sea, en algún momento del encuentro, desde el sector albiceleste de la tribuna parte, inexorablemente, el conteo: "Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete". Una enumeración que duele en lo más profundo de los hinchas verdeamarelos, porque les recuerda la derrota más humillante que haya padecido un equipo en la historia de los Mundiales: la derrota 7-1 que sufrió el Scratch en Belo Horizonte en la semifinal de la Copa del Mundo de 2014 contra Alemania.
Luego de aquel partido, el seleccionado brasileño nunca más volvió a jugar en el Mineirao. Hasta ahora: este jueves, la Verdeamarela regresará al estadio donde sufrió su derrota más dolorosa después de más de dos años. Y lo hará, increíblemente, contra Argentina. Aunque seguramente serán silenciadas por la enorme mayoría de hinchas locales, las cargadas del puñado de hinchas albicelestes que viajen rumbo a Minas Gerais estarán a la orden del día.
Esta será la tercera oportunidad en la que el Superclásico sudamericano se jugará en Belo Horizonte por las Eliminatorias: en el camino a Alemania 2006, el local ganó 3-1 con un triplete de Ronaldo, mientras que rumbo a Sudáfrica 2010 fue 0-0.