Boca no supo, no pudo, no lo dejaron. Estudiantes aguantó el inicio electrizante de Centurión, se acomodó y llevó el partido sin mucho sufrimiento. Apenas al final, el equipo de Guillermo tuvo un par como para sumar de a tres pero no se le dio y ahora sigue siendo puntero pero le achicaron la distancia. Ah, y se viene el superclásico y la procesión va por dentro. O mejor dicho, la explosión va por dentro, esa en la que un Vivas desencajado terminó siendo lo más atractivo de la noche.
El regreso de Centurión le dio al equipo todo lo imaginado: explosión, verticalidad, generación de tiros libres y amarillas. Pero el último pase no llegaba limpio, esos últimos metros siempre tenía falta de eficacia. Benedetto no pudo engancharse en el juego y Pavón estuvo ausente sin aviso.
Estudiantes sabía que el medio de Boca le daba una chance. Que si le ganaban las espaldas, si le cortaban el circuito de juego entre ellos, podían sorprender. Les costó un poco conseguirlo pero cuando lo consiguieron, Estudiantes mostró que hasta podía ganarlo. Así como el regreso de Centurión le agregaba muchas cosas, la salida de Barrios también le quitó. Gago no fue Gago, lo presionaron bien y entonces la generación de juego le faltó un socio.
Ninguno de los dos hizo mucho más para ganarlo. Los dos se fueron con la sensación de que no le cobraron un penal. Benedetto y un toque de Ascacibar en el área en el inicio y luego una salida de Rossi sobre la cabeza de Cavallaro que también debió ser penal (de esa jugada salió la locura de Vivas). Boca con ese gustito amargo de que casi lo gana en el final tras un error de Andújar.
Racing y River se le acercaron y este domingo, Newell's puede quedar a un punto.