Iba a ser un partido apretado, duro, intenso. Una caldera con los hinchas metiendo presión. Pero Boca aguantó un partido bravísimo, aguantó 1-1 con el Cruzeiro en Brasil y se metió en las semifinales de la Copa Libertadores.
Como no podía ser de otra manera, el primer tiempo estuvo cargado de polémicas. Sebastián Villa se tiró en el área del conjunto brasileño y todos pidieron penal, pero el árbitro uruguayo Andrés Cunha no compró el piletazo.
El local fue el que tuvo la pelota y buscó abrir el marcador, lógicamente, y el Xeneize intentaba meter alguna contra rápida, pero que nunca se terminó de gestar por una floja noche de sus jugadores, que estaban más pensando en defender y aguantar que en generar juego.
Sobre el final, Hernán Barcos la mandó al fondo del arco, pero el juez ya había sancionado jugada peligrosa de Dedé (quien fue expulsado en la Bombonerra pero perdonado por la Conmebol) sobre Agustín Rossi, quien fue con la pierna en alto y no le pegó al arquero de casualidad.
En el complemento, el ambiente se puso caldeado y pesado, por la presión de los hinchas de la Raposa en el Mineirao. A los diez, la cancha se revolucionó por un penal para el local, pero el juez de línea tenía la bandera levantada por una posición adelantada previa de Barcos bien cobrada. Boca respiraba...
Y a los doce el partido se rompió. Sassá había entrado 60 segundos antes y tras un corner abrió el marcador. Quedaba mucho tiempo y el local se ilusionaba.
Con más ganas que ideas, Cruzeiro buscó el segundo gol para forzar los penales. Pero no tuvo situaciones claras, más allá de que Rossi hizo mucho por darle opciones al equipo brasileño, como faltando menos de cinco con una flojísima salida que no terminó en gol de casualidad.
Cruzeiro ya jugaba con uno menos por una nueva expulsión de Dedé. Pero fue a los ponchazos, dejándole la contra a Boca, que en la última situación logró el empate a través de Cristian Pavón.
Ahora, el Xeneize jugará con Palmeiras por el pase a la final. La ida será en la Bombonera y volverá a definir en Brasil. A todo o nada ante un rival al que ya enfrentó en la fase de grupos, empatando 1-1 en San Pablo y cayendo 2-0 en Buenos Aires.