"Lo dejaré el 26 de febrero. Después habrá terminado. Pero no será ni un día antes", insistió Blatter, rechazando de nuevo la idea de una salida antes de que se celebre la próxima reunión del congreso de la FIFA.
"Voy a luchar hasta el 26 de febrero. Por mí, por la FIFA. Estoy convencido de que en el mal aparecerá la luz y de que el bien prevalecerá", añadió Blatter, cinco días después de que tres de los mayores anunciantes de la institución (Coca-Cola, Visa y McDonald's) le pidieran su renuncia "inmediata".
"Son sólo los estadounidenses", dijo Blatter al respecto en la entrevista, recordando que otros patrocinadores, como la marca deportiva Adidas, el constructor de vehículos surcoreano Hyundai o el gigante del gas ruso Gazprom le siguen apoyando.
Presidente de la FIFA desde 1998, Blatter anunció su dimisión el 2 de junio y añadió que permanecería en el cargo hasta la celebración de nuevas elecciones, el 26 de febrero.
En medio de un enorme escándalo de corrupción, la gota que colmó el vaso fue la apertura de un proceso penal la semana pasada por la justicia suiza contra Blatter, sospechoso de un "pago desleal" de dos millones de francos suizos (1,8 millones de euros) en 2011 a Michel Platini, titular de la UEFA y favorito para sucederlo.
El dirigente suizo señaló en la entrevista que está "convencido" de que puede "iniciar las reformas necesarias para el beneficio de la FIFA" pero que es "necesario dejar trabajar y acabar con los ataques constantes".
Desde el 27 de mayo, cuando se produjeron las detenciones de siete dirigentes del fútbol mundial en un hotel de Zurich a pedido de la justicia estadounidense y la imputación de otras siete personas entre dirigentes y empresarios, la FIFA vive de sobresalto en sobresalto por los escándalos de corrupción.