Los hechos de violencia en el fútbol argentino ya son, lamentablemente, algo habitual. Y en este penoso escenario, ante las derrotas aparecen las siempre incómodas y agresivas visitas de la barra del club.
Y ahora, el que las padece es Atlético de Rafaela. Como consecuencia del mal comienzo de año (sólo tres puntos en el torneo y con cinco derrotas consecutivas), hace algunas semanas los violentos estuvieron en la práctica y se acercaron al entrenador del equipo, Jorge Burruchaga. "Cuando hay malos resultados pasan estas cosas. A la salida del vestuario, me acerqué a ellos para ver lo que gritaban. Pero no hubo agresión", dijo el 24 de febrero pasado el propio DT.
Sin embargo, esto no paró. Ante un nuevo resultado negativo (el fin de semana, perdió de local ante San Martín), ahora fueron los jugadores los damnificados. Con mensajes amenazantes y agresivos, aparecieron pintados los autos de varios jugadores. Entre ellos, los de Gabriel Graciani, oriundo de Bovril, y Sebastián Martínez, ex Quilmes y Newell's.
"Me pintaron el auto con aerosol, por suerte no pasó nada más grave. Nos da vergüenza ser noticia por esto", relató el Tano Graciani.