Suspenso. No podía tener otro condimento la definición de la Liga de España con la era de oro del Barcelona y Real Madrid. En los años donde los equipos gallegos dominan la escena mundial con sus estrellas, se dirimirán nuevamente el título de la Liga con un mano a mano apasionante hasta el final, cuando apenas restan 7 jornadas para bajarle la persiana a una nueva edición del torneo doméstico de aquel país.
De la mano de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, el Blaugrana y el Merengue arribaron hasta la jornada 31 con cuatro puntos de diferencia para el primero de los mencionados. Pero el equipo madridista aprovechó un traspié de su clásico rival y cerró la misma a dos unidades. Los catalanes salieron a jugar al Sánchez Pizjuán con la presión de la goleada del Madrid, que contó con la presencia en la red del portugués.
A priori, no tuvieron problemas para ponerse adelante de un Sevilla que acumulaba 23 partidos sin caídas en casa por el torneo local. La Pulga, alimentando su duelo personal con CR7, anotó otro golazo similar al que le había hecho al Almería la jornada pasada, quedando a cuatro de la cima de máximos artilleros. Al rato, Neymar escribió un poema en un tiro libre y puso el 2 a 0 que parecía imposible de igualar.
A minutos del final de primer tiempo, el argentino Éver Banega, que fue titular junto a Nicolás Pareja, sacó un zapatazo que dejó irse a los sevillanos al vestuario a tiro del empate. Si bien en todo el complemento la igualdad parecía una utopía, a pesar de la cercanía en los números, Kevin Gameiro lo hizo posible a poco del cierre del partido, colocando el 2 a 2.
Para colmo, la próxima fecha el Blaugrana recibirá al siempre complejo Valencia; mientras que el Merengue será anfitrión del Málaga, que puja por sostenerse en la zona de copas.