Lionel Messi cumple objetivos con una facilidad que asombra. Personales y grupales. Hoy se encargó de demostrarlo, una vez más. El Barcelona recibió al Paris Saint Germain con la obligación de ganar para apoderarse del primer puesto y así esquivar a los equipos más complejos de la Champions League. La "Pulga" pisaba el césped del 'Camp Nou', con la idea de seguir alargando su récord de máximo goleador en el certamen –ayer se le había acercado Cristiano Ronaldo– y transformarse en el artillero top de todas las competencias de Europa junto a Raúl.
Y lo logró, a pesar de que hubo un arranque dubitativo. Zlatan Ibrahimovic, cuando iba un puñado de minutos, apareció para empujar un rebote rumbo al gol y darle a su PSG la tranquilidad de la clasificación como líder. Pero la respuesta la dio un tal Lionel Messi: empujó abajo del arco un centro rasante al segundo palo, para que el "Blaugrana" empate y comience un monólogo. Ese tanto, le significó alcanzar la marca del español Rául, con 76 tantos en todas las competencias de Europa.
Del resto se encargó el 'tridente' letal que conformó Luis Enrique en su ataque, bajo la atenta supervisión de la "Pulga". Zapatazo de Neymar para poner el 2-1 al rato de la anotación del argentino y el tercer grito de Luis Suárez, gracias a la complicidad del hombre nacido en Rosario.
Este triunfo se festejó doble en Cataluña: el "Blaugrana" cerró su participación en el Grupo F como puntero y esquivará al resto de los líderes de las zonas, por lo que no enfrentará a los conjuntos de mejor nivel. El lunes se sortearán los Octavos.