Con la nueva final perdida en la Copa América Centenario, Argentina no sólo no logró cortar 23 años sin festejos en mayores, ni se pudo sumar a Uruguay como los dos seleccionados más ganadores del torneo, sino que además sumó una mancha más a la particular seguidilla de finales perdidas, que ya llegan a siete.
La caída que comenzó la racha está bien atrás en el tiempo. Ocurrió en 1995, en la antigua Copa Rey Fahd (posteriormente renombrada Copa Confederaciones). Argentina le ganó en la fase de grupos a Japón 5-1 y empató contra Nigeria 0-0. La diferencia de gol les dio a los dirigidos por Daniel Passarella el pase al partido por el título, que perdieron 2-0 ante Dinamarca con tantos de Michael Laudrup y Peter Rasmussen.
La segunda final sin éxito fue en la Copa América de Perú en 2004, contra Brasil. Los dirigidos por Marcelo Bielsa ganaban con gol de Cristian Kily González en el primer tiempo y empató Luisão cuando se terminaba esa etapa. En el suplementario César Delgado anotó el 2-1 para la Argentina. Cuando todo parecía liquidado, apareció Adriano y selló el empate en el minuto final. En los penales, los brasileños fueron mejores y ganaron 4-2.
Aquella fue la primera de tres finales perdidas contra la verdeamarela. La siguiente ocurrió un año más tarde en la Copa Confederaciones de 2005 de Alemania. Brasil apabulló al conjunto de José Pekerman por 4-1 con goles de Adriano (2), Kaká y Ronaldinho. Aimar puso el gol del honor sobre el final.
Dos años más tarde, en la Copa América de Venezuela, la Selección de Alfio Basile volvió a caer contra Brasil. El conjunto argentino llegaba como favorita por el juego que había desplegado durante el torneo, pero un golazo tempranero de Julio Baptista cambió el rumbo del encuentro. Un gol en contra de Roberto Ayala en el final del primer tiempo terminó de enterrar el sueño de los argentinos y un joven Dani Alves selló el 3-0 en el complemento.
Quizás la final que más dolió (y aún duele) sea la de 2014, en el encuentro que definió el último Mundial de Brasil contra Alemania. No solamente por el valor del torneo, sino porque Argentina planteó un buen partido en el que tuvo sus chances, pero las desaprovechó y los germanos no perdonaron. Mario Götze estampó el 1-0 en tiempo suplementario, cuando se acercaban los penales en el Maracaná.
El resto eshistoriafresca. Chile, de local, se impuso a la Selección de Martino por penales (4-1) cuando habían terminado sin goles en los noventa minutos más el suplementario.
Era el último capítulo hasta que en la noche del domingo en Nueva Jersey, los liderados por Messi y Mascherano no pudieron lograr la revancha esperada para cortar con todas las rachas. Fue un encuentro casi calcado al del 2015: 0-0 en los 90 y suplementario y 4-2 en la serie de penales para los trasandinos.