Otra vez no pudo ser. Argentina volvió a perder una definición, esta vez en la Copa América y esta generación de futbolistas brillantes sigue con una gran cuenta pendiente. Fue 4-1 en los penales contra el local, Chile, tras igualar 0-0 en un duelo en el que la Selección casi nunca estuvo a la altura de las circunstancias.
El comienzo del juego fue incómodo para los dirigidos por Martino. Los locales imponían condiciones en la mitad de la cancha, no se apuraban con la pelota y, de la mano de la prolijidad de Valdivia, llegaron varias veces hasta Romero. En la más clara, Chiquito debió esforzarse para desviar un disparo de Vidal desde el punto penal. Antes y después de eso, Vargas probó con remates que se fueron desviados.
La Selección recién se acomodó después del cuarto de hora inicial, cuando empezó a hacer pie Biglia en la mitad. Y, en medio de un trámite muy equilibrado, a los 20 Agüero casi rompe la paridad, tras un centro de Messi, que sacó el arquero.
Promediando la etapa hubo un golpazo: Ángel Di María se lesionó al encabezar un contraataque y pidió el cambio. Fideo volvía a perderse una final, como le ocurrió hace un año ante Alemania en Brasil. En su lugar ingresó Lavezzi, quien aportó más que el ex Central y en la última estuvo cerca, pero definió al medio del arco desde una buena posición y luego de una buena jugaba individual del Flaco Pastore.
El complemento el juego fue todavía más enmarañado que en la primera mitad. Chile manejó algo más la pelota y Argentina padeció las intermitencias de Messi. Fueron 45 minutos con solo dos opciones para romper el cero, una por lado. Alexis estuvo a punto de hacerlo a los 37, cuando aprovechó un quedo de Demichelis y empalmó una pelota que se fue muy cerca del segundo palo. La última fue para Argentina, pero Higuaín, quien ingresó por Agüero, remató afuera y exigido a 20 centímetros del arco, tras una combinación entre Lavezzi y la Pulga.
La prórroga no mostró variaciones en cuanto al juego, que siguió siendo de un nivel subterráneo. Sin embargo, siempre dio la sensación de que Chile estaba mejor. Y tuvo una clara: sobre el cierre de la primer tiempo, Alexis aprovechó una burda pifia de Mascherano y definió por arriba desde buena posición.
En los penales fue todo de Chile, casi desde el comienzo. Fernández, Vidal, Aranguiz y Alexis no fallaron. Messi tampoco, pese a tener uno de sus partidos más flojos con la camiseta Argentina. Higuaín, para completar una noche negra, pateó a las nubes y Banega lo hizo a las manos del arquero.