Jorge Almirón sigue haciendo historia. Y con Lanús. Tras ese primer tiempo en el que su equipo se fue al descanso perdiendo 2-0 y su futuro parecía más cerca de convertirse en el nuevo entrenador de San Lorenzo que en la final de la Copa Libertadores, el técnico jamás perdió la calma. Y no lo hizo ni siquiera cuando Roldán marcó el final. "La verdad es que todavía no lo puedo creer. Estoy muy emocionado", dijo el entrenador.
Si bien algunos lo miraron de reojo cuando llegó al Sur por su reciente paso en falso en Independiente, en poco tiempo Almirón empezó a demostrar que había que darle tiempo. Sobre todo a su equipo, que demostró que también se podía ganar jugando bien al fútbol. Y eso es lo que consiguió este martes, porque a pesar de estar dos goles abajo nunca se desarmó, jamás se desesperó. Y eso fue uno de los detalles que más enorgulleció al DT.
"Teníamos que seguir por el mismo camino. Estaba convencido de que era la manera de vencer a River, que es un gran rival. Se los dije a los jugadores y ellos lo entendieron", contó. Y siguió: "Todo esto es de ellos, de los futbolistas, que dieron hasta lo que no tenían para dar vuelta el partido y conseguir el pase a la final".
La posibilidad de ganar la primera Copa Libertadores de la historia del club es una meta más que seductora. Y Almirón lo sabe. "Sería algo increíble", reconoció. Aunque hay que decir que el Negro sabe de qué se trata eso de dar vueltas en el Sur. De hecho, es el entrenador más ganador de la historia de Lanús con tres títulos: Primera División, la Copa Bicentenario y la Supercopa Argentina, todos en el 2016.
"Nos faltan dos partidos que todos queremos jugar. Y eso es increíble. Pero acá estamos. Y vamos a seguir dando todo, como hasta ahora", cerró.