El exiguo 1-0 tuvo sabor a poco. El resultado, chiquito, ajustado y mínimo, fue lo más destacable (¿lo único?') para el Barcelona en su debut en la Champions League ante el débil Apoel Nicosia de Chipre. No se trata de ser exigentes y pretender que el Barsa golee cada vez que reciba en el Camp Nou a un rival accesible como demostró ser el conjunto chipriota. Pero se esperaba más del equipo dirigido por Luis Enrique. No sólo en el marcador sino, fundamentalmente, en el juego.
Los atenuantes del caso -una formación con muchos suplentes- no deberían por qué traducirse en una merma en el rendimiento ya que no existen diferencias siderales de categoría entre los que entran y los que salen. El arquero alemán Ter Stegen tiene un nivel similar al del chileno Claudio Bravo. Piqué fue suplente el sábado ante el Athletic Bilbao pero está sin dudas a la altura de Mathieu. Xavi, capitán de este plantel, hoy está detrás de Rakitic en el puesto pero ¿cuánto menos es que el croata? Arriba, el tridente Munir-Messi-Neymar no tiene nada que envidiarle a ningún otro equipo de este planeta. Así y todo, el Barsa chocó una y otra vez ante las doble línea de cuatro que planteó el Apoel, con el delantero argentino De Vincenti entre los 11. El equipo catalán pPerdió fluidez en la circulación del balón, algo que había mostrado en el arranque de la liga (lleva 3 triunfos en 3 partidos), y casi nunca pudo encontrar los caminos para llegar con claridad al arco defendido por el correcto arquero Urko.
A la movilidad de Messi en el primer tiempo le faltó un socio. Sólo una vez se encontró con Neymar, por ejemplo, en una pared en la que Leo definió a la carrera y el arquero la sacó al corner. Y que el gol haya llegado por arriba (muy buen centro ejecutado por Messi que Piqué ganó con autoridad de cabeza) es una prueba de que por abajo le costó bastante. Lo de Leo fue de mayor a menor. Muy participativo en el primer tiempo, algo más lagunero en el segundo. Igual, fue el que tuvo la ocasión de gol más concreta para estirar la ventaja: en el minuto 90 pateó al arco con Urko vencido y un defensor rival alcanzó a tirarse y sacarla con lo justo.
Ganó el Barsa en su estreno en busca de la Orejona y punto. A veces sucede que los resultados suelen reflejar fielmente los rendimientos que tuvieron ambos equipos en el campo de juego. El 1-0, entonces, suena merecido. El Barcelona, sin dudas, mereció ganar. Pero no gustó como para terminar goleando.
<b>El otro choque del Grupo F</b>
En el otro partido de la Zona, PSG, que contó con los ingresos de Ezequiel Lavezzi y Javier Pastore a 9 minutos del final, empató 1 a 1 ante Ajax en Holanda.