Willy Caballero habló de lo que vendrá dentro de un par de horas: el debut en el Mundial en el arco de la Selección ante Islandia, pero además recordó su primera llegada a la Selección, Boca y todo lo que pasa por la cabeza de un jugador en su carrera profesional.
Ante la inminencia de su debut en una Copa del Mundo y a tres meses de cumplir 37 años, el nacido en Santa Elena concedió una extensa entrevista a <i>La Nación</i> y dejó muy buenos conceptos.
<b>-Pasaste demasiado tiempo sin poder pararte de frente a la bandera.</b>
-La última vez fue en una Sub 23, imaginate... Mucho tiempo. Volver a sentir eso es único. Muchos dicen que escuchar el himno de la Champions tiene el mismo sabor. Y sí, la musiquita está buena, pero escuchar tu himno te pone la piel de gallina, el cuerpo se te llena de emoción. Supongo que el sábado se parecerá a lo de la cancha de Boca.
<b>-¿Cuál fue tu primer Mundial?</b>
-El del '90, tenía 9 años y empecé a brotarme de la pasión por el fútbol y los colores de Argentina. Lo viví muy metido, fue el que más me marcó. Fue el Mundial de Goycochea, que encima arrancó de suplente. Era mi reflejo, yo jugaba con mis amigos y relataba como si fuera él: "¡El Goyco, el Goyco!", igual que lo que escuchaba en la tele. Era quien me inspiraba, por él me enamoré del fútbol. Una vez estuvimos en un mismo lugar y no me animé a decírselo, me dio vergüenza.
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-Sampaoli te sorprendió cuando te dijo que ibas a estar en la lista de 23...</b>
-No lo estaba esperando. Nos juntamos a charlar en Londres sobre el Chelsea, la selección, un montón de cosas... Cuando me lo dijo fue una sensación placentera, porque es mejor que una noticia así te la digan a la cara, y se lo agradecí. Le dije que no me iba a conformar con estar entre los 23, que iba decidido a pelear por jugar.
<b>-¿Para una competencia así se preparan más las manos, el cuerpo, los pies o la cabeza?</b>
-¡La cabeza! Hay que llegar físicamente bien, eso es obvio, pero la cabeza influye mucho. La necesitás para decidir y concentrarte, pero también para manejar las buenas y malas decisiones que tomás durante el partido. Puede pasar que empieces perdiendo, pero si estás bien de la cabeza podés contagiar al resto de algo bueno. A veces, la cabeza puede hacer lo que las piernas no.
<b>-Deseaste mucho llegar a la selección, ¿por qué creés que te llegó por primera vez a tres meses de un Mundial recién?</b>
-Porque no me rendí nunca, siempre seguí trabajando, añadiendo cosas por fuera del entrenamiento, no solo de fútbol: cuando estaba en España, por ejemplo, me puse a estudiar inglés, mucho antes de que me buscara el Manchester City, para ser más completo. Y nunca perdí la fe: si tenés fe, no necesitás ver las cosas para creer en ellas. Están ahí y van a llegar.
El entrerriano nacido en Santa Elena ya es el futbolista en debutar a mayor edad en la historia de la selección nacional, pero dice que ese dato no le importa. Lo consiguió el 23 de marzo, en el 2-0 contra Italia justo en el estadio del City, el club en el que jugó tres años. Su buen rendimiento esa noche lo metió en la carrera para llegar a Rusia, antes de que se sucedieran episodios en continuado: los cinco goles que le hizo España unos días después, la convocatoria definitiva, la lesión e inmediata desafectación de Chiquito Romero, la llegada de Patón Guzmán, el ruido mediático alrededor de Franco Armani y la decisión de Sampaoli, no escrita, de darle el arco.
Sobre la lesión de Romero: <i>"A veces, cuando un jugador se lesiona está tan negativo que no se abre para recibir el apoyo, pero en este caso fue especial. Chiquito sentía que la lesión lo dejaba afuera, pero era él quien me daba ánimo a mí. Él me apoyaba. Eso lo hace mejor persona: no solo te estás enterando de que te perdés el Mundial, sino que le das un abrazo y le deseás lo mejor al que puede ocupar tu lugar".</i>
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-¿En qué son mejores que vos Armani y Guzmán?</b>
-Pfff, no sé. Somos los tres distintos. Yo soy pelado, ellos usan gel (se ríe)... Nos paramos distinto, caminamos distinto el arco, hablamos distinto, nos movemos distinto en el área... A Franco lo conocí el día que llegó a Ezeiza, y desde entonces compartimos la habitación. Con Nahuel siempre nos estamos riendo, nos llevamos bien. Gente de provincia, como yo.
<b>-¿Y si Messi te dice "Willy, atajaste dos penales, nos salvaste, dame tu camiseta"?</b>
-Le digo: "Dale, dame dos tuyas y te doy la mía"... No me creas, a él si que se la doy.