Este domingo, el TC celebró su quinta definición en el Autódromo Roberto Mouras de La Plata, pero la carrera dejó una mancha inesperada: Mariano Werner, quien llegaba como líder de la Copa de Oro, fue víctima de un sabotaje cuando hinchas identificados con Chevrolet, ubicados en la recta principal antes de la vuelta previa, le arrojaron papelitos a la parrilla del Ford Mustang del piloto entrerriano.
El paranaense, que terminó en el puesto 22, se mostró triste por la forma en que se dio la definición, aunque no pataleó: "Hubo una mano que no tenía que estar. Si fue sin querer, perdonarlo. Y si fue adrede, bueno, hay una justicia divina para todo. Quizás no tenía que ser para nosotros, pero me hubiera gustado perder en pista", expresó tras el incidente.
El problema se confirmó cuando Werner fue a la revisión técnica, donde se descubrió que los papeles taparon el ducto de la toma de aire del motor. A pesar del sabotaje, Werner se mostró profesional y no arremetió contra el hecho, aunque la situación dejó en evidencia los peligros de la falta de control en el autódromo. En la ceremonia de premiación, Werner se acercó a felicitar a Julián Santero, quien se coronó campeón, pero también dedicó varios minutos a firmar autógrafos y tomarse fotos con los hinchas, en una demostración de humildad y profesionalismo, a pesar de la frustración.
La reacción de pilotos y críticas a la seguridad
Santero, quien se llevó el título de la Copa de Oro, no estaba al tanto de lo sucedido con Werner en el momento de la carrera. "Me enteré recién. No sabía lo que había pasado. En el momento pregunté y me dijeron que estaba detrás del puesto 20 y no mucho más. Sabía que él estando detrás del puesto 20 a mí me alcanzaba bien entre los 5 o 6 de adelante", explicó el nuevo campeón. Sin embargo, una vez enterado del sabotaje, Santero expresó su disconformidad: "Me parece completamente injusto lo que pasó con él y su grupo. La verdad es que se merecían definir el campeonato en pista y en un mano a mano lindo".
También aprovechó la ocasión para lanzar un fuerte cuestionamiento a la organización del TC y la seguridad en el circuito: "No estoy de acuerdo. Es el único deporte en el que permitimos esto: en el fútbol no hay invasión de cancha, en el tenis no hay, en el rugby tampoco. Somos el único deporte y el más peligroso, porque si en el fútbol invaden la cancha no pasa nada, pero acá podemos pisar un nene". El mendocino no ocultó su preocupación por la seguridad de los niños que se encontraban cerca de la pista. "Había nenes de 5 o 6 años al lado de la pista y eso no debería pasar más", concluyó con firmeza.
Palabras en apoyo a Werner
La indignación por el sabotaje no se limitó a Santero. Mauricio Lambiris, quien terminó en el tercer lugar de la carrera, también manifestó su desacuerdo con lo ocurrido. "En realidad, no me entero de esto. Me entero que él sale con una falla desde boxes. Eso es lo que yo me entero", aclaró el piloto uruguayo.
Tras ver el video del incidente, Lambiris fue rotundo en su crítica: "Eso no es folclore. Es un pelotudo que se le escapó a alguien y se puso a molestar. El folclore es otra cosa. Creo que hay que reforzar las medidas de seguridad porque no nos podemos permitir que un tonto de estos le perjudique a un conjunto y a un piloto el trabajo de todo un año. Si hay video, en primera medida echarlos, que no entren a ningún autódromo, ni este ni de Argentina".
Por su parte, Diego Ciantini, quien tuvo un destacado desempeño en la temporada, compartió la postura de Lambiris y también se mostró preocupado por la seguridad en los autódromos. "No dejar que el público ingrese", fue su propuesta para evitar situaciones como la que perjudicó a Werner. "Me di cuenta cuando ya estaba yo en la grilla, que parecía fallando y después lo vi entrar a boxes. Una pena por Mariano. No sé bien qué es lo que pasó. Si es lo de los papelitos, es una pena porque es algo muy ajeno a él y a todo su equipo", agregó Ciantini, quien lamentó profundamente lo sucedido.