Erika, una mujer de 40 años, madre de tres hijos, reveló una relación que terminó en violencia, robos, estafas y vínculos con actividades delictivas en Gualeguaychú. Después de haber sufrido, de acuerdo con lo que ella expuso, casi un año de abuso físico y psicológico a manos de Cristian, un hombre que se presentó como empresario, detalló la experiencia y las secuelas que aún arrastra.
“Voy a hacer la denuncia judicial y quiero que vaya preso, que no siga estafando gente”, remarcó. Durante una entrevista en Radio Máxima, relató cómo su vida dio un giro dramático después de conocer a este hombre.
Explicó que al principio todo parecía normal. Cristian se presentó como un hombre de negocios, un empresario que rápidamente logró ganarse su confianza.
"Habré estado bien un mes, los otros ocho meses estuve encerrada. No sé si era miedo. A mi casa venía gente mala a apretarlo, estuvo escondido dos meses en mi casa. Venía gente pesada a cobrarle, gente horrible, yo tenía miedo por mis hijos", relató Erika.
Apartada del círculo social
Según su relato, el hombre logró apartarla por completo de su círculo social, borrando las redes sociales, alejándola de sus amistades y de su propia familia. "Se me quedó con un auto, me manipuló, me sacó mis amistades, mi familia, mis redes. Yo entré en una nube y no me di cuenta", aseveró.
El supuesto empresario ya habría estafado a otras personas y mediante amenazas y engaños logró acceder a otros bienes. En el caso de Erika, consiguió que le cediera la titularidad de un Peugeot 207, argumentando que lo necesitaba para saldar sus urgencias financieras. “Me decía que no lo denunciara porque él estaba metido con gente muy jodida”.
Asimismo, afirmó que el hombre logró acceder a sus tarjetas de crédito y que la deuda resultante asciende a cifras millonarias, alrededor de seis millones de pesos. “Yo estuve muy depresiva, ninguna mujer merece lo que viví con él. No puedo creer lo que me pasó. No sé cómo aguanté tanto, no me di cuenta”, lamentó.
Sigue persiguiéndola
Aunque la relación terminó hace varios meses, Erika aseguró que el sujeto sigue persiguiéndola. A pesar de haber sido víctima de violencia física y psicológica, y de haber sufrido una profunda depresión, el hombre continúa acosándola con llamadas y amenazas a través de distintos números telefónicos. "Hay gente que me vio con el ojo negro", dijo.
Y completó: “Voy a hacer la denuncia judicial. Estoy con psicólogo, estoy mejor, pero económicamente me dejó en la ruina”.