El fútbol argentino estuvo cerca de ser testigo de otra tragedia. Es que en el encuentro de la Reserva que animaron Unión de Santa Fe y Platense, válido por la fecha 19 de la Liga Profesional, uno de los protagonistas experimentó un accidente en el que para su fortuna salió ileso. Se trata de Matías Godoy, uno de los atacantes del Calamar, quien en una de sus intervenciones en la ofensiva no logró frenar a tiempo y terminó en la fosa del estadio 15 de Abril.
Las imágenes exponen la ausencia de elementos de seguridad en el campo de juego. A pura velocidad Godoy se proyectó por el sector derecho y antes de que la pelota saliera de los límites del terreno consiguió enviar un centro que fue rechazado de cabeza por un defensor. La preocupación no se instaló en el peligró de la jugada que terminó en un tiro de esquina, sino en que el futbolista cayó al vacío en el sector que divide a la cancha de las tribunas. Así, muchos de sus colegas se acercaron a la zona para asistir al jugador que logró recuperarse por sus propios medios y salió ileso.
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Por lo tanto el encuentro siguió sin inconvenientes y el resultado final arrojó un empate 2 a 2 para que el Marrón se repartiera los puntos con el Tatengue. Con la igualdad, Unión quedó en la 14ta ubicación con 26 unidades, mientras que Platense no logró despegar del fondo y quedó 23ro con 19. El líder del certamen es Boca, con 41, seguido por Vélez, que suma 38. Más atrás aparecen Argentinos y Newell's, ambos con 34.
No es la primera vez que sucede. En la final por el ascenso disputada en enero de 2021 entre Sarmiento de Junín y Estudiantes de Río Cuarto, Nicolás Ferreyra, integrante del equipo cordobés, sufrió el mismo accidente. En aquella oportunidad, el defensor fue a buscar su gol en una pelota parada a su favor cuando el pleito estaba 1 a 1. Pero lo que no tuvo en consideración fue la dimensión del terreno de juego y las instalaciones que había en las inmediaciones.
Como si se tratara de un colectivo sin frenos, el central siguió de largo y se topó con los carteles de publicidad que no pudieron detener su marcha. Su destino fue el foso del estadio y la preocupación se despertó en todos los presentes. Para fortuna de Ferreyra, el áspero defensor se recompuso como si nada hubiera pasado y siguió jugando con su indumentaria empapada por el agua estancada.