Se pareció más a una derrota que a lo que fue, o sea un empate. Es que Unión tenía todo para ganarle a Santamarina. Iba 2-0 arriba en el resultado y el rival no lastimaba ni insinuaba. Ese segundo gol de Triverio parecía “mortal” para las aspiraciones del equipo de Duilio Botella. Sin embargo, con ímpetu, ganas y aprovechando cierta liviandad del rival, Santamarina terminó empatando el partido y casi se lo gana a Unión en la última jugada, de no mediar una brillante tapada de Nereo Fernández ante un mano a mano de Michel. El 2-2 cortó la racha de derrotas pero no disimuló la preocupación por este mal arranque de campeonato. Y mañana, la obligación para Unión es concreta: debe ganar, como primera medida, y dejar una imagen que convenza a su gente y la anime.
Dentro de ese panorama, la pregunta del millón es: ¿se juega el técnico su continuidad?. Está claro que este torneo de las grandes chances para los equipos que lo protagonizan —por los diez ascensos—, también genera obligaciones. Unión, por ejemplo, no puede dejar escapar la oportunidad de quedarse con uno de esos diez lugares. Y la supuesta accesibilidad al logro del objetivo, se contrapone con la generación de mayores obligaciones. Máxime en un torneo de corta duración como el que transcurre, donde 22 equipos definen en 20 fechas su futuro inmediato en el marco de inestabilidad e incertidumbre que rodea a este fútbol argentino lleno de marchas y contramarchas poco serias.
Volvamos a Unión. Después de los 6 goles en los dos primeros partidos, Madelón metió mano para jugar en Tandil. Sacó al arquero, al “4” y al “5”. La eficacia no se consiguió: el equipo sufrió dos goles ante Santamarina y no pudo sostener el resultado. De todos modos, el técnico insiste con los mismos nombres, a la vez que tratará de reforzar el sector central del mediocampo con un jugador de mucha dinámica como Fausto Montero, acostumbrado a jugar por afuera y que tendrá mañana la obligación de ayudar a Martínez, para que el retroceso del equipo a la hora de achicar espacios y defender, no tenga tantos claros como se vio en estos tres partidos.
Uno de los grandes objetivos es, precisamente, el de lograr seguridad defensiva. Y si es posible, que no le marquen goles. Unión es un equipo que tiene variantes para atacar. Ha marcado cinco goles en estos tres partidos, cifra para nada despreciable. Pero esos cinco goles apenas le sirvieron para quedarse con un solo punto. Muy poco, en realidad, más allá de los merecimientos que pudo haber acumulado en estas pocas fechas. Porque no caben dudas que Unión debería tener más puntos. Pero no los tiene.
De mitad de cancha para arriba, Unión tiene dos volantes de talento y creatividad como Fabro y Malcorra, que todavía pueden dar más de lo que dieron, sobre todo Fabro, quien alcanzó un buen nivel en Brown de Adrogué durante la temporada pasada. Y arriba, Guerra-Triverio es una buena dupla, han marcado goles (en el caso de Triverio, acumula tres en tres partidos) y se conocen porque compartieron el plantel de Defensa y Justicia que ascendió a Primera.
Crucero del Norte es un equipo que será duro y que mantiene una base de la buena campaña del año anterior, donde en algún pasaje del torneo se situó en el tercer puesto y estuvo peleando hasta poco antes del final del mismo por conseguir el ascenso a Primera.
En el comienzo del torneo, los misioneros perdieron con los tucumanos, luego vencieron a Santamaría y quedaron libres en la fecha pasada. Esto le permitió al rafaelino Schurrer, trabajar mucho durante la semana y aprovecharla para llegar lo mejor posible al encuentro de este viernes en el 15 de Abril.