Un terremoto de magnitud 7,3 sacudió este martes las aguas del archipiélago de Vanuatu, en el Pacífico Sur, causando daños materiales en los edificios de la capital, Port Vila, incluido el edificio donde funcionan las embajadas de Estados Unidos, Francia, Nueva Zelanda y el Reino Unido. De momento no se ha informado de posibles víctimas, aunque no descartan que puedan encontrarlas con el correr de las horas.
Las autoridades levantaron una alerta de tsunami inicialmente emitida poco después del seísmo, registrado a 37 kilómetros de Port Vila, según informó la cadena pública australiana ABC.
Un testigo presencial llamado Mark, de la empresa Vanuatu Beverage Limited, afirmó haber observado un deslizamiento de tierra en el muelle de Port Vila.
"Cuando estaba temblando, me puse de pie junto a mi camión y sentí como si saltara", declaró a la emisora nacional vanuatense VBTC. (Noticias Argentinas)
Tras el sismo, el estadounidense Centro de Alertas de Tsunamis del Pacífico, con sede en Honolulu, indicó la posibilidad de que se produjeran olas de tsunami de 0,3 a 1 metro por encima del nivel de la marea en las costas de Vanuatu, si bien posteriormente suspendió la alerta.
La planta baja de un edificio que acoge las embajadas quedó aplastada por los pisos superiores, dijo a la AFP Michael Thompson, un residente de la ciudad que publicó imágenes de los destrozos en redes sociales.
"Hay gente en los edificios de la ciudad. Había cadáveres allí cuando pasé", aseguró este hombre en una conversación por teléfono satelital.
Además, un desprendimiento de tierra sepultó un autobús, dijo Thompson, evocando la posibilidad de más víctimas.
Según el observatorio independiente de seguridad cibernética NetBlocks, la conexión a internet prácticamente se perdió en Vanautu tras el terremoto, sin especificar durante cuánto tiempo, mientras los portales de internet del Gobierno no han sido actualizados con información sobre el sismo. También temen por la escasez de agua y electricidad, consignó Cñarin.
Algunos usuarios sí pudieron publicar imágenes de los daños causados a sus propiedades en las redes sociales, como fue el caso de una farmacia en Port Vila, donde se aprecian los destrozos provocados por el temblor, y en otros establecimientos y viviendas.
"El terremoto fue extremadamente violento, tuve solo tiempo de coger a mi hijo del brazo y salir al garaje, pero nos caímos al suelo al tratar de agarrar a mi mujer", dijo a EFE por mensaje desde Port Vila Stéphane Rivier, que comparte imágenes del impacto en su propiedad, con daños de un "90%", calcula.
La familia se declaró a salvo y señaló que ha habido unos "10 ó 12" temblores desde el primero.