Más allá de que la recomendación de los médicos del hospital Italiano, de Juan Román Riquelme y de todo Boca era que no se apresurara a volver y que se tomara el tiempo necesario para ponerse bien. Sin embargo, ahí estuvo Hugo Ibarra, al frente de la práctica en Ezeiza, el mismo día que recibió el alta médica tras haber pasado una noche internado por una descompesación y posterior sangrado de nariz.
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<h5>Lo que ocurrió tras el alta médica</h5>
La primera noticia es la mejor de todas: Hugo Ibarra fue dado de alta luego de que este miércoles fuera internado por un fuerte sangrado de nariz. La segunda noticia, sin embargo, tiene que ver con lo que pasó después de que el técnico de Boca charlara con Juan Román Riquelme y dejara el hospital Italiano.
El Negro, que salió caminando del hospital ubicado en San Justo, se subió a un auto que lo estaba esperando y partió rumbo al Centro de Entrenamiento de Ezeiza, en donde había dejado su camioneta. Allí, además de eso, el DT de 48 años almorzó y se fue a su casa con la firme intención de regresar por la tarde para encabezar la práctica del plantel. Sin embargo, ahí entró en juego el consejo de Román.
Pero no el Consejo de Fútbol que lidera JR, sino el consejo humano, de amigo, que le dio el vicepresidente a Ibarra: le recomendó que se tomara el tiempo necesario para volver a trabajar, que no hay urgencias, que la prioridad en este momento pasa por su salud y por su recuperación absoluta y completa. Básicamente, Riquelme le pidió que descansara, que no se apresure en regresar al frente del equipo.
Y el Topo Gigio no estaba errado, de hecho su consejo iba de la mano con la recomendación que los médicos le hicieron a Ibarra, que mientras estuvo internado llamó por teléfono a su hijo y a su papá, que recibió la visita de Jorge Amor Ameal y que también tuvo una videollamada con los integrantes del Consejo: luego de que pasara una buena noche en el Italiano y de que los resultados le dieran bien este jueves por la mañana, los responsables de la salud del técnico le recomendaron reposo durante 48 ó 72 horas. Y es más, hasta le aconsejaron que no se expusiera al sol al menos por unos días (algo que si dirige la práctica desde la cancha, pareciera difícil de cumplir).
Pero el Negro quiso estar, quiso volver lo antes posible a trabajar, tanto en Ezeiza como el domingo en la Bombonera. Y más en una práctica como la de este jueves, que se cambió de hora exclusivamente por lo que le pasó al entrenador y en la que seguramente se vea en campo el 11 que recibirá a Instituto por la octava fecha de la Liga Profesional. Y no sólo eso, sino en donde aparte Ibarra querrá evaluar cómo responden los cambios que ya se vieron el miércoles.