Una historia de frustraciones persigue a Toronto. De ocho participaciones en playoff, en seis perdió en la primera ronda, incluyendo las dos últimas. Ese condimento juega en la cabeza de los locales.

Contra Indiana arrancó esta vez con una derrota de local. Necesitó ganar el segundo (local) y el tercero (de visitante) para recuperar la localía, que se ganó ante los Pacers por su mejor récord en la temporada regular. Ahora, en el Air Canada Centre, colmado en el interior y con cerca de dos mil personas en las inmediaciones siguiendo el quinto partido por una pantalla gigante, Toronto llegó a perder por 17 puntos (18-35) a los 9 minutos.

Mientras por acá se esperaba la participación de Luis Scola (76 partidos de titular en la temporada regular y los 4 anteriores de playoff), que no fue usado por el DT Dwayne Casey, en Indiana brillaban Paul George, George Hill, Myles Turner (una joya de 20 año, ala pivote) y Salomon Hill. Todo lo que tiraban, entraba, tanto que sus porcentajes de efectividad tocaron el 70%, incluyendo 7-10 triples.

Y así siguió, con ventajas que oscilaron entre los 15 y 11 puntos. Toronto reaccionó un par de veces, con una formación de cuatro bajos y un pivote, pero igualmente entró al último cuarto abajo por 13 puntos.

Pero en el último parcial todo cambió: aunque en gran parte del tiempo sin DeRozan, el local presionó en toda la cancha, con mayoría de suplentes, forzó malos tiros (1-8 de cancha) y pérdidas (6) de Indiana. Así, como una tromba clavó un parcial de 23-2, en 9 minutos y pasó a ganar 98-92.

El cierre fue dramático: un triple de Salomón Hill achicó a 100-99; DeRozan elevó a 102-99 y otro triple de Hill, el del empate, fue anulado porque la punta de los dedos de su mano derecha estaban en contacto con la pelota cuando se encendió la luz roja del final.

La serie seguirá el viernes, en Indiana, con promesa de similar emoción y la posibilidad de que llegue a un séptimo choque.