Las reacciones risueñas tras el par de bloopers en el partido de Rafael Nadal con el francés Benoit Paire eran lógicas por el golpazo en la red que se pegó el tenista local y la caída estrepitosa de un ball boy tras tratar de ir más rápido de lo normal a recuperar su posición en una esquina, mientras el español hacía picar la pelota para sacar, publicó <i>La Nación</i>. Pero el caso de otro jugador de este país le borró las sonrisas a unos cuantos, no obstante en el momento inicial, curiosamente, la penosa situación mereció algunas carcajadas desde estudios de los compañeros de la infortunada periodista Maly Thomas. Y la escandalosa situación, el acoso a la cronista, derivó en una medida ejemplar: la expulsión del tenista del predio de Roland Garros .
La historia ocurrió ayer, luego de la derrota de Maxime Hamou frente al uruguayo Pablo Cuevas. Junto con un allegado, el francés, próximo a cumplir 22 años y 287 del ranking, que logró un lugar en el cuadro principal desde la clasificación, empezó a ser entrevistado por Thomas, de la cadena deportiva Eurosport. Todo en un clima muy jocoso, hasta que Hamou empezó a acosar a la periodista, tratando de besarla delante de las cámaras. La situación puso muy incómoda a Thomas, que no podía salir de su asombro, aunque trataba de sobrellevar el mal momento de la mejor manera, acaso imaginando que el profesional modificaría su actitud. Nada de eso sucedió: Hamou reincidió. Una conducta inapropiada y llamativa.
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En medio de las risas desde estudios, inexplicables por cierto más allá de la sorpresa generalizada por el caso, se puso fin a la entrevista por motivos de fuerza mayor. Hamou nunca recapacitó ni depuso su actitud. Lo tomó como algo normal. El hecho mereció el repudio, causó un gran revuelo en las redes sociales y los programas televisivos. Hasta la propia Thomas lo calificó de "grosero". Y la reacción de la Federación Francesa de Tenis fue inmediata: le retiró la credencial. Final de sus andanzas, aunque no exento del ridículo.