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Siete cambios y otro dibujo en La Paz: Por qué Bolivia se preparó como una final

Edgardo Bauza buscará resistir y lograr, al menos un punto en La Paz para esperar en calma la reanudación de la ruta hacia Rusia. La obsesión por ganar de Bolivia, la detallada preparación y su apuesta al futuro.

27 de Marzo de 2017

Edgardo Bauza tomó un fibrón verde y sobre las hojas blancas de una pizarra dibujó el habitual esquema 4-2-3-1 con el que la Argentina iba a enfrentar a Chile. Minutos más tarde, en la extensa charla que tuvo hace un par de semanas en su visita a la nacion, pasó de página y bosquejó el <b>esquema que tenía en la cabeza para trepar a La Paz: 5-3-1-1. Pero hizo una aclaración: la línea de cinco sería posible sólo si Javier Mascherano no recibía la segunda amonestación contra los chilenos. Si eso ocurría, el esquema alternativo sería el 4-4-1-1</b>.

 

Suspendido Mascherano, el envase ya estaba definido. <b>Ayer el entrenador, en la práctica vespertina en el predio de Ezeiza, confirmó los nombres. Los mismos que la nacion anticipó anteayer: Romero; Roncaglia, Musacchio, Funes Mori y Rojo; Enzo Pérez, Pizarro, Banega y Di María; Messi; Pratto. En total, serán siete modificaciones con respecto a la formación que venció 1-0 a los chilenos. Por suspensiones (Mascherano, Biglia, Otamendi e Higuaín), lesiones (Mercado y Mas) y estrategia</b>.

 

La idea no tiene secretos: tomar precauciones, fortalecer las líneas, moverse en distancias pequeñas, cortar continuamente el juego y resistir. Pero, a la vez, tratar de no replegarse demasiado para no entregarle a Bolivia el remate de media distancia. Intentar llegar a los últimos 20 minutos con el marcador en cero. Las pretensiones ofensivas quedarán recortadas a pocos intérpretes: <b>Messi suelto, Pratto como referencia arriba y los desenganches por afuera que puedan aportar Di María y Enzo Pérez. Paulo Dybala, recuperado, será una opción que esperará en el banco, como Alario, Marcone, Caruzzo y Pinola, los citados en las últimas horas del medio local</b>.

 

<h5>¿Por el empate?</h5>

El plantel viajará esta tarde rumbo a Santa Cruz de la Sierra, donde pasará la noche y mañana, tres horas antes del encuentro en el estadio Hernando Siles, se desplazará hasta la capital boliviana. La Argentina marcha tercera en las eliminatorias, que después de esta fecha ingresará en un largo paréntesis: volverá a jugar el 31 de agosto, en Montevideo, con Uruguay. <b>Un empate en La Paz dejaría satisfecho a Bauza, con 4 puntos tras la doble fecha</b>.

 

Si hubiese tenido a Mascherano, la ida de Bauza era copiar fielmente el plan que utilizó Alejandro Sabella, en 2013, cuando rescató un valioso empate 1-1 para seguir liderando la ruta hacia Brasil 2014. Aquella vez, el entrenador armó una línea de cinco defensores, tres volantes (Éver Banega marcó la igualdad), Messi suelto y Rodrigo Palacio como única referencia de punta.

 

 

 

<h5>Como una final</h5>

Bolivia no va aun mundial desde Estados Unidos '94. En estas Eliminatorias ya cambió tres técnicos y marcha penúltima, con 7 puntos en 13 partidos.

¿Y por qué Bolivia apuesta tanto a un triunfo? Una victoria sobre la Argentina marcaría un mojón en la incipiente era Soria, más pensando en el trabajo a futuro que en el de hoy.

 

Derrumbada en la tabla de posiciones (está penúltima con 7 puntos, a 13 de distancia de Ecuador y Chile -cuarto y quinto-, y es altamente probable que en esta fecha ya quede sin chances matemáticas de ir a Rusia), la selección local le pondrá una pausa a su proceso de rearmado: el técnico había convocado a algunos juveniles, pero después prefirió confiar en los de siempre.

De todos modos, ir mechando a los nuevos resulta imperioso: el equipo que jugará ante la selección de Bauza tiene un promedio de 30 años. Algunos jugadores clave se están despidiendo: Ronald Raldes, el capitán (que contra Colombia marcó un récord al llegar a 94 partidos con la selección), tiene 36 y Pablo Escobar, acompañante de ataque de Marcelo Martins, acusa 38.

 

Por lo pronto, en esta transición restan cinco partidos para cerrar la eliminatoria, y los tres de local tienen el condimento suficiente para que Bolivia intente lavarse la cara: después de la Argentina visitarán el Hernando Siles Chile y Brasil.

Sin ir a un Mundial desde el de Estados Unidos de 1994, la selección local tiene en ese fixture un estímulo suficiente para dar pelea y renovarse.

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