Hay una dinámica de selección que está en marcha desde hace varias semanas. Invisible. Las acreditaciones, los visados, el volumen de la utilería y el ploteo personalizado que tendrán las habitaciones en el bunker de la selección en el Mundial Rusia 2018, pacientemente trabajadas con las caras de los jugadores. Detalles que se entrelazan a 13.500 kilómetros de distancia entre Buenos Aires y Moscú. Mientras, Jorge Sampaoli le saca punta al lápiz y ajusta la lista de los futbolistas, los intérpretes que movilizarán otra obsesión mundialista. Advertencia para fanáticos ansiosos: no habrá sorpresas cuando este lunes la AFA, a través de su página web y sus redes sociales, anuncie los 35 preseleccionados. Aparecerá la vieja guardia (que encabeza el capitán Lionel Messi), el lote intermedio (Paulo Dybala, Guido Pizarro, Eduardo Salvio, Marcos Acuña, Giovani Lo Celso, Manuel Lanzini y Nicolás Tagliafico, por ejemplo), los que llegan por su sprint final (Cristian Pavón, Franco Armani y Ricardo Centurión) y los que ocuparán un sitio decorativo, como Mauro Icardi, Germán Pezzella, Alejandro Gómez, Ramiro Funes Mori o Lautaro Martínez.
El entrenador trabaja en paralelo con las dos nóminas. El protocolo FIFA lo obliga a anticipar quiénes serán los finalistas que competirán por un cupo en la designación definitiva, pero no habrá que esperar mucho para conocer los 23 legionarios que partirán a Rusia: el próximo jueves se conocerá el corte. Sampaoli se sentará frente a las cámaras en Ezeiza y leerá su decisión; terminará con la inquietud de algunos jugadores y también del hincha de la selección. Hace un par de semanas, La Nacion anticipó que el entrenador tenía resueltos 20 casilleros. Quedaban tres puestos por cubrir: un arquero, un volante y un extremo. Esos tres apellidos ya están muy perfilados: Franco Armani, Guido Pizarro y Ricardo Centurión. Dos de ellos encierran una particularidad: el arquero de River y el delantero de Racing ni siquiera debutaron en la selección. Es más, no registran ni un entrenamiento. Su actualidad los potencia y serían las principales singularidades de la lista. De confirmarse esta elección, la marginación de Nahuel Guzmán quedaría como el ausente más llamativo en función de su fuerte identificación con el núcleo histórico de la selección. El arquero de Tigres hizo todo el viaje entre Brasil y Rusia, pero seguirá sin ser mundialista.
Un día después de despejar todas las dudas, Sampaoli comenzará los entrenamientos en el predio de Ezeiza. ¿Los adelantados? Se presume que estarán Salvio, Tagliafico, Sergio Agüero y Nicolás Otamendi, ya que su participación en las Ligas de Portugal, Holanda e Inglaterra concluyó. Quizá podría sumarse Javier Mascherano desde China, más allá de que al torneo le faltan un par de jornadas. Dependerá de los días de licencia, pero también Pavón finalizará su temporada el próximo miércoles, cuando Boca juegue ante Alianza Lima y defina si pasa de ronda en la Libertadores. Los que demorarán su incorporación serán los futbolistas que se desempeñan en Francia, España e Italia, porque esas ligas concluirán el fin de semana del 20 de mayo. Willy Caballero, Marcos Rojo y Chiquito Romero tienen por delante la final de la FA Cup, el 19, entre Chelsea y Manchester United, lo mismo que Marcos Acuña, que el 20 definirá con Sporting Lisboa la Copa de Portugal ante Deportivo Aves.
Con pasaje confirmado a la Copa del Mundo figuran por ejemplo Messi, Federico Fazio, Gabriel Mercado, Ángel Di María, Éver Banega, Gonzalo Higuaín y Lucas Biglia, y precisamente a la evolución del volante de Milan está atado un último ajuste en la nómina de preseleccionados. La recuperación de la fractura de dos vértebras lumbares ha sido sorpresiva en Biglia. Tanto que mañana podría reaparecer, ante Atalanta. Entre Matías Kranevitter, Enzo y Pablo Pérez, Leandro Paredes y Rodrigo Battaglia el entrenador terminará de definir el perfil de los volantes que se reservará en caso de algún contratiempo. Ese lote, salvo cambio de último momento, también quedará vacío cuando llegue el recorte final.
La hoja de ruta albiceleste está programada. Con todo el plantel, la selección se despedirá de sus hinchas el 29, en un amistoso con Haití, en la Bombonera. Al día siguiente, la delegación partirá a Barcelona, donde realizará la puesta a punto definitiva en las instalaciones del club azulgrana. El 9 de junio visitará Israel para disputar el último amistoso, y ya el 10 se concentrará en el Bronnitsy Training Centre, la casa donde arropará sus sueños, a 50 kilómetros de Moscú, a la espera del debut frente a Islandia, el sábado 16 de junio. En el medio de todo ese viaje puede aparecer una cita fuera de programa: Chiqui Tapia, el presidente de la AFA, tiene en sus manos una invitación para que los jugadores hagan una escala en Roma antes de desembarcar en el Mundial. Después de un trayecto repleto de amarguras y obstáculos en los últimos cuatro años -tres finales perdidas, el descalabro de la AFA, tres entrenadores en las eliminatorias y la clasificación agónica-, la selección podría recibir la bendición papal en el Vaticano. Si se concreta la cita, una foto del Papa y Messi tiene destino asegurado: ser la tapa de todos los diarios del país. ¿Le repetiría Francisco la frase que circula desde hace semanas, nacida del deseo de un hincha? "Messi, traeme la Copa", instaló un tal Chapu Martínez en las redes sociales. Millones de hinchas firman al pie.
<b>De 55 citados a 35 convocados</b>
Sampaoli citó a 55 futbolistas en su breve ciclo en el seleccionado, que empezó en junio de 2017. Claro, varios de ellos no estarán ni entre los 35 preseleccionados, como Marchesín, Rigoni, Bustos, Joaquín Correa y Lautaro Acosta. Tampoco Rulli, Ángel Correa, Augusto Fernández y Lamela, que ni alcanzaron a jugar a pesar de haber formado parte del plantel en diversas convocatorias.