Eran otros tiempos. Se podía caminar por el playón de estacionamiento en Casa Amarilla y charlar con los jugadores al pie de sus automóviles. No había redes sociales ni cientos de medios partidarios. Y ahí estaban Sebastián Battaglia y Fernando Gago, mano a mano con Clarín. A un par de días, allá por diciembre de 2005, de la inminente vuelta olímpica en Bahía Blanca. Se tiraban flores, claro.
Uno era el capitán con 25 años, un gran aplomo y el respaldo de los elogios de Alfio Basile, quien lo definió como el equilibrista del equipo: corría, presionaba, quitaba, anticipaba, ordenaba, tocaba con criterio, pisaba el área rival. Era el volante derecho, el antiguo "8". Battaglia, claro.
El otro era un volante que recién asomaba, con apenas 19 abriles. Elegante, gran administrador de la pelota y de pase profundo. Entonces, se lo comparaba con su tocayo Redondo, no sólo por la melena que ostentaba en su juventud. Era un "5" de la vieja escuela. Gago, claro.
Ambos se complementaban en uno de los mejores mediocampos que recuerden a orillas del Riachuelo. Con Daniel Bilos, volante de tranco largo y raíces croatas, y Federico Insúa, un hábil enganche.
Pasaron 16 años y medio y hoy Battaglia y Gago se encuentran en veredas opuestas. Sebastián (41 años) continúa transitando el camino azul y oro, esta vez del otro lado del mostrador. Fernando (36) cruzó el Puente Pueyrredón. Son los técnicos de Boca y Racing, cuyos caminos se cruzaron en una semi con sabor a final.
Nunca dejaron de ser amigos. Y aunque no se frecuentaron, Battaglia estuvo cerca de Gago en sus recurrentes lesiones. Nunca faltó el llamado de apoyo. Y fue el propio entrenador de Boca el que se refirió al duelo con su ex compañero. También mencionó al Pocho, que supo ser una gran figura de Independiente y hoy es la mano derecha del técnico de la Academia, colores al margen.
"Nos vamos a volver a ver, tanto a él (Gago) como a Insúa hace tiempo que no los veo. Racing ha tenido un muy buen torneo, invicto, ganó su zona, encontró una manera de jugar. Va a ser lindo volver a verlos", enfatizó el entrenador, quien en su época de pantalones cortos se corporizó en el jugador más ganador de la historia del xeneize con 17 títulos.
Juntos les fue muy bien. Ganaron cinco estrellas de la mano del Coco. Coincidieron en 26 partidos con 19 victorias, 5 empates y 2 derrotas. Battaglia hizo dos goles. Gago, ninguno.
¿Era posible imaginar que casi dos décadas después se iban a tener que enfrentar? Difícil aventurarlo. Ahora, si es posible decir que se juega como se vive, también que sus equipos están hechos a imagen y semejanza.
Muy a pesar de los desniveles que tuvo Boca a lo largo de la Copa de la Liga Profesional y la Libertadores, siempre se mostró como un equipo aguerrido e intenso, esa característica que fluía en Battaglia. Y llega en alza, claro. No sólo por los cuatro triunfos consecutivos;también, por el crecimiento colectivo. Siguen siendo decisivas sus individualidades, pero se observa, al menos en este último tiempo, un fútbol más asociativo.
Gago armó un equipo que tiene una identidad muy parecida a la que exhibía cuando jugaba:tenencia de pelota, pases y un juego atildado. La explosión, claro, va a cuenta de los tres delanteros, volantes con llegada y laterales punzantes.
No habló de Battaglia porque su equipo logró la clasificación unas horas antes, cuando aplastó a Aldosivi (5 a 0). Entonces, todavía no se había resuelto la llave de Boca con Defensa y Justicia. Sin embargo, fue tajante cuando le preguntaron por sus sensaciones respecto a un posible partido contra su ex club. "Yo soy técnico de Racing, me debo a esta institución. Hoy no me genera nada", disparó.
<b>Similitudes entre Battaglia y Gago</b>
Los dos tuvieron que colgar los botines por lesiones, a los 33 y 34 años, respectivamente. Una osteocondritis hizo imposible la continuidad del volante santafesino. La rotura de ligamentos y el tendón de Aquiles conspiró contra el fútbol de Gago. Y los dos tuvieron su bautismo en el banco de Primera en 2021.
Gago tomó el atajo. Fue contratado por Aldosivi (sí, su víctima del martes). No le fue nada bien, pero Víctor Blanco -aconsejado por el empresario Christian Bragarnik- le dio una oportunidad impensada. Era una moneda al aire, no arrancó bien, pero a partir de la 2ª fecha de la Copa de la Liga arrancó, encadenó diez triunfos y superó a Juan José Pizzuti.
Battaglia fue confirmado por Juan Román Riquelme en junio, cuando despidió a Miguel Angel Russo. Ya fue campeón de la Copa Argentina y quiere ir por más en el medio de los cuestionamientos. Eso sí, ganó partidos clave: Estudiantes, River, Always Ready y sigue vivo en la Libertadores, esa obsesión.
<b>¿Será de ida y vuelta el clásico?</b>
Gago nunca cambió el modo de jugar, más allá de la rotación de intérpretes. Battaglia no abonó la teoría del equipo de memoria que abonaba Basile y tampoco respetó un solo esquema. A la hora de la verdad, sus dirigidos darán todo. Como ellos, cuando compartían la mitad de la cancha.