El 20 de marzo del 2020 fue un día triste para el hincha de River. Amadeo Carrizo, una de las glorias máximas del club, falleció a los 93 años. Pero mejor que hablar del final de la historia es recordar el inicio: 75 años atrás, un 6 de mayo como hoy, el mítico arquero jugaba el primero de sus 522 partidos con la Banda. Un pedazo de historia del Millonario y del fútbol argentino, ya que fue reconocido como el décimo mejor guardameta del Siglo XX a nivel mundial.
En 1945 River tenía un equipo demoledor y seguía disfrutando a La Máquina, su más recordada delantera, con la única variante de Gallo en lugar de Moreno. El arco en ese entonces era custodiado por el peruano José Soriano o Héctor Grisetti, pero en la tercera fecha del campeonato apareció un pibe que venía de Rufino y prometía mucho. Un tal Amadeo.
El debut del padre del arco millonario se produjo en Avellaneda, en una visita de River a Independiente. El equipo que era conducido por Carlos Peucelle se impuso 2 a 1 frente al Rojo, con goles de Labruna, de penal, y Gallo. Y si bien tras dicho encuentro Amadeo volvió a jugar en su categoría, ya había empezado a transitar su inolvidable historia con la Banda: a fin de 1945, festejó su primer título.
"Empezó el campeonato con una goleada a Lanús y con Héctor Grisetti como arquero titular. River era una aplanadora: ganó el título por seis puntos de ventaja y convirtió noventa goles, a razón de tres por partido. Fue el año de la consagración de Di Stéfano. Grisetti atajó muy bien y siguió firme en el puesto. Yo, por entonces, no podía ni oler el arco", había recordado aquellos años el gran Carrizo, tiempo después.
Amadeo volvió a aparecer en el arco titular de River en 1946 y en la sexta fecha le terminó de robar el puesto a Grisetti para no dejarlo más. En total conquistó nueve títulos en el club, defendió el arco durante 21 temporadas de manera ininterrumpida y estuvo 769 minutos sin convertir goles, récord que mantuvo durante varias décadas.
Presidente Honorario del club desde 2013 hasta el día de su muerte, Amadeo fue maestro y referente para varias camadas de arqueros de Núñez, de Fillol a Armani?, pasando por Pumpido, Burgos o Barovero.
Responsable de los tres palos en un tiempo donde la ofensiva dominaba los esquemas de juego, Carrizo muchas veces tenía que salir a apagar los incendios que quedaban atrás. Precursor en el uso de guantes, pionero en adelantarse para jugar de líbero como arquero volante, también acuñó la mítica frase: "River es el arco más grande del mundo". Y ciertamente lo fue, después del gran Amadeo.