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Se cumplen 20 años de la muerte de Monzón

Carlos Monzón fue uno de los más grandes campeones mundiales de peso mediano. El Negro falleció a los 52 años, el 8 de enero de 1995 en un accidente con su auto, en el paraje Los Cerrillos de la Ruta Provincial 1 de Santa Fe.

8 de Enero de 2015
The Ring lo colocó en el puesto 11 de los mejores boxeadores de la historia.

La tarde del domingo 8 de enero de 1995 se iba estirando hacia la noche. El Negro metió pedal a fondo y aceleró el Renault 19. Le gustaba el fierrito aunque no era tan bueno con el volante como en el ring. Estaba contento mientras recorría la Ruta Provincial Nº 1 rumbo a la capital santafesina. No sólo por el lechón asado que se había clavado bien regado (como a él le gustaba) en el pueblito de Cayastá (a unos 80 kilómetros de Santa Fe), sino porque había empezado a tener salidas transitorias del penal de Las Flores; en febrero se cumplían las tres cuartas partes de los 11 años de prisión por haber asesinado a su esposa Alicia Muñiz, aquella turbia madrugada del 14 de febrero de 1988, y dispondría de libertad condicional.

 

A su derecha, con el cinturón de seguridad puesto, viajaba Alicia Fessia (su cuñada) y atrás, sin estar atado, Gerónimo Mottura, un viejo amigo. El calorón (más de 35º grados) hizo que el Negro manejara en ojotas. Por eso se había pegado un chapuzón en el río San Javier tras el almuerzo. Allí comprobó que pese a que hacía 18 años que había colgado los guantes, para su pueblo seguía siendo aquel campeón mundial mediano que tras coronarse en 1970 realizó 14 defensas del cetro ante grossos como Nino Benvenuti, Emile Griffith, Bennie Griffith, Rodrigo Valdez o Jean Claude Bouttier con su estilo demoledor y económico, que no lucía pero no dejaba muñecos en pie.

 

El Negro se acercaba a destino; a las 20 tenía que entrar a la cárcel para hacer noche. Le pidió a Alicia que sintonizara la radio porque quería escuchar a su querido Colón relatado por el periodista Ricardo Porta, uno de los que confió en él cuando tuvo su chance en Roma ante Benvenuti. “No puedo encontrarlo”, dijo su cuñada. “Mujeres...”, pensó el Negro, que sabía de minas: tuvo un primer hijo (Carlos Raúl) con Zulema Torres en 1959, tres años antes de casarse con Pelusa García, la mamá de Silvia y Abel. También vivió un tórrido romance de cinco años con Susana Giménez, desde el rodaje de La Mary en 1974. Y en 1980 comenzó a convivir con la uruguaya Muñiz, que tuvo a Maximiliano. Amén del harén de gringas del jet set europeo cuando salía de caza mayor con su amigo Alain Delon. A los 58 años (nació el 7/8/1942) tenía su encanto. “Dejame a mí”, le dijo a Alicia. Aprovechó que no tenía cinturón y se agachó para ubicar LT9 en el dial. No sabía que Colón no jugaba porque la B Nacional estaba en receso.

 

El auto gris cortaba la ruta en las cercanías del paraje Los Cerrillos; el velocímetro superaba los 140. Olvidando una de las premisas de su entrenador Amílcar Brusa (por 18 años fue maestro y consejero dirigiéndolo en 73 combates amateurs y 100 profesionales), el Negro bajó la vista y perdió el control, algo prohibido en el ring.

 

El coche se incrustó en la banquina; el impacto desnucó instantáneamente al conductor y a Mottura; el cinturón salvó a Fessia. Una maniobra violenta, pasional, levemente rústica -casi igual a las que lo llevaron al estrellato pugilístico- terminó hace 20 años con la vida de Carlos Monzón, uno de los mejores deportistas argentinos de la historia, y a quien la revista The Ring, ubicó en el número 11 de la lista de los mejores boxeadores históricos libra por libra.

Carlos Monzón