El 15 de agosto de 2004, fue el día en que el bahiense Emanuel Ginóbili hizo historia para el básquet argentino. La hazaña ocurrió en los Juegos Olímpicos de Atenas, en Grecia, en el debut con Serbia y Montenegro. Fue un instante que se grabó a fuego en la memoria de los argentinos.
El hito sucedió en el final del partido. A falta de cuatro segundos Serbia anotó de tiro libre y puso el marcador a su favor por 82- 81, lo que dejó a la Argentina con un pie fuera de la clasificación.
Sin embargo, Manu Ginóbili se vistió de superhéroe aquel día. En tan solo dos segundos, Alejandro Montecchia habilitó al histórico basquetbolista de los Spurs que logró deshacerse de su marca y, con una increíble palomita, se las ingenió para tirar por encima de su marca y anotar el doble que necesitaba la Selección para ganar el cotejo 83 a 82.
Lo que también se recuerda, además, es el alocado festejo del entrenador, Rubén Magnano, y de los jugadores luego de realizado el milagro.
Aquella Selección Argentina logró la clasificación a instancias finales, tras una fase de grupos complicada. En cuartos de final derrotó a Grecia, un duro anfitrión.
En semis sacó a Estados Unidos, siendo la última selección en eliminarlos de un JJOO. En la final, se impuso sobre Italia y se quedó con la medalla dorada.
La "Generación Dorada" estaba compuesta, además de Ginóbili, por Carlos Delfino, Gabriel Fernández, Leonardo Gutiérrez, Walter Herrmann, Alejandro Montecchia, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto, Juan Ignacio Pepe Sánchez, Luis Scola, Hugo Sconochini y Rubén Wolkowyski.