Tan opuestos y a la vez tan indispensables el uno para el otro, Boca y River son los protagonistas del partido más resonante del fútbol argentino: el Superclásico, que según los diarios de la época y las viejas lenguas de la pelota se disputó de manera oficial por primera vez un 24 de agosto pero de hace 108 años.

En aquella jornada de 1913, el Millonario y el Xeneize (aún no llevaban esos apodos), dos equipos forjados en La Boca a un par de cuadras de diferencia, el primero en mayo de 1904 (más allá de que la historia del club sostenga que fue en 1901) y el otro en abril de 1905, se vieron las caras en el viejo estadio de Racing.

River saltó al terreno de juego con la camiseta titular que usó hasta 1931, la tricolor a bandas verticales blancas, negras y rojas. Boca, en tanto, vistió enteramente de azul oscuro. El inicio del encuentro estaba pautado para las 14.30, pero el árbitro Bergalli (en los registros solo figura su apellido) no se presentó y fue reemplazado por Patricio Mc Carthy, que recién hizo sonar su silbato a las 15.15.

Aquel primer enfrentamiento oficial quedó en manos de River por 2 a 1, gracias a los goles de Cándido García y Antonio Ameal Pereyra. Por su parte, Marcos Mayer fue el autor del único grito de un Boca que recién el 18 de septiembre de 1918, luego de siete cruces, logró derrotar a su acérrimo rival (1-0, con tanto de Juan Brichetto).

Previo a aquel puntapié oficial en Avellaneda, ambos conjuntos se habían enfrentado en dos ocasiones, pero sin demasiada trascendencia en los diarios. El primero ocurrió en 1908, con victoria 2 a 1 en favor del hoy elenco azul y oro, mientras que el segundo, un duelo informal organizado por la Sociedad de Asistencia a los Caldereros para recaudar fondos para un compañero herido en el trabajo, fue en 1912 y tuvo como ganador a River, debido a que los jugadores de Boca tomaron la decisión de abandonar la cancha enojados con el árbitro.