Con la participación de un total de treinta pescadores artesanales de distintos barrios de Concordia, como Benito Legerén, La Bianca, Nebel y Zona Sur, se conformó en la ciudad la Coordinadora de Pescadores Artesanales, que busca defender los intereses y demandas de los pescadores artesanales de la localidad, haciéndolo desde una instancia colectiva de articulación que permita trabajar en diversos planos para dignificar la tarea del pescador.
En la mayoría de los casos, se trata de pescadores de tercera o cuarta generación, para quienes la pesca además de ser el sustento material para las familias es una forma de vida anclada en tradiciones, prácticas y saberes ancestrales.
<b>Las problemáticas</b>
Los pescadores reunidos coincidieron en que durante los últimos años, a raíz de la organización, han logrado grandes avances en el proceso de agregado de valor y en la comercialización directa, reconociendo que para eso fue muy importante el apoyo estatal, que facilitó espacios de comercialización generando capacitaciones, proyectos, acceso a tecnología, y acompañamiento constante. Sin embargo, detectaron que como contracara "desde hace años estamos atravesando distintos problemas en lo que refiere a las condiciones de pesca en el río, que hemos intentado resolver por distintas vías pero sin resultados".
Puntualmente, señalan que con el paso del tiempo se ha ido estableciendo un mayor número de normativas que restringen el desarrollo de la actividad. Lo que pudieron visualizar con claridad es la falta de consulta y participación de los pescadores artesanales en la definición de las normas.
"Con el tiempo fuimos sabiendo que cambiaban las reglas del juego y que lo que antes podíamos ya no podemos más. En base a criterios que desconocemos se fueron imponiendo normativas que restringen nuestra actividad, primero se impusieron limitaciones sobre las artes de pesca, después nos prohibieron salir los fines de semana, nos negaron también la posibilidad de acceder a un carnet que nos reconozca como pescadores artesanales, así de a poco nos fueron alambrando el río", explicaron.
"Somos los primeros interesados en cuidar los recursos porque de ellos dependen nuestras familias, nos parece bien que todos podamos usar el río y entendemos que para eso tiene que haber normas que regulen su uso", afirman.
"Pero a esas normas las deberíamos cumplir nosotros, los pescadores deportivos y las empresas que vuelcan sus efluentes, es decir todos los que de distintas maneras utilizamos el río y somos responsables de la conservación de sus recursos. Con lo que no estamos de acuerdo es con que se establezcan esas normas sin consultarnos, sin saber nuestra opinión. Creemos que nuestra voz, nuestra experiencia y nuestras necesidades deben ser tenidas en cuenta y sabemos que el único modo en que lo podemos lograr es si estamos organizados", finalizaron.