Se quedaba sin vidas, sin chances de seguir en la Copa Libertadores. Pero así es el fútbol, que todavía regala este tipo de historias. Porque a San Lorenzo lo salvó un debutante. Y a su DT también.
El Ciclón estaba contra las cuerdas en el Grupo 4, y tenía que quedarse con los tres puntos para no despedirse del torneo. Y los logró al ganarle 22-1 a la Universidad Católica.
Nicolás Blandi abrió el marcador a los 36 minutos del primer tiempo, pero Fernando Cordero igualó a los 34 y la cosa parecía sentenciada. Pero 60 segundos después Benjamín Kuscevic vo la roja en el equipo chileno y el Cuervo se animó.
Y ahí entra en la historia Cristian Barrios, quien entró al partido faltando seis minutos, en su primer juego como profesional. Y apenas unos pocos segundos después, el chiquitín de 1,56 de altura cabeceó para poner el 2-1 definitivo.
Además de mantener a su equipo en carrera para meterse en octavos (aunque todavía depende de muchos factores), Barrios le dio otra vida al entrenador, Diego Aguirre, ya que el ánimo de los hinchas no es el mejor con el uruguayo, y de no haber logrado este resultado había olor a ciclo cumplido. Pero San Lorenzo la sigue peleando.