Tras las decepciones internacionales (perdió el Mundial de Clubes y luego la Recopa Sudamericana), San Lorenzo poco a poco estaba volviendo a ser. De la mano de la jerarquía de los suyos (teniendo como cuenta pendiente ajustar funcionamientos colectivos), hilvanó tres alegrías al hilo y le llegaba el momento de defender su perfecto andar en el torneo local: recibía a San Martín, buscando seguir en lo más alto.

Y con esta premisa como eje, el Ciclón salió muy encendido al campo de juego. Mientras a los pocos minutos avisó Blanco con una contra que cerró apenas alta, enseguida le dieron inicio a un furioso vendaval en ataque que incomprensiblemente no terminó con alguna 'bocha' en el fondo de la red. Un gigante Luis Ardente y los postes fueron los que paralizaron corazones y ahogaron gritos 'azulgranas'.

Buffarini exigió primero al arquero verdinegro con un bombazo a distancia, mientras que luego tapó disparos a quemarropa de Blanco y Caruzzo (como así también otro gran remate de Mussis). Para colmo, en la única que no llegó, el palo se lo negó a Cetto. Esta inexplicable falta de puntería (o fortuna) le terminaría costando demasiado caro a un Ciclón que a los 22 minutos fue víctima de la Lex del Ex: Carlos Bueno cabeceó y decretó el 1-0 a favor de los sanjuaninos. En los minutos siguientes, los postes volvieron a ser grandes protagonistas: el palo derecho se lo impidió a Caruzzo y el travesaño a Blanco. Así, incomprensiblemente el local se fue al descanso perdiendo por la mínima.

El complemento no fue más que una extensión de lo que venía sucediendo en el Bajo Flores. Los de Bauza eran un aluvión y 'cascoteaban' a la visita de cuanta manera fuera posible, pero Ardente seguía firme y despejaba cuanto peligro merodeara por su área (tapó dos brillantes mano a mno, a Matos y Cauteruccio).