El delantero de River Rodrigo Mora, quien no juega desde hace tres meses debido a una operación en la cadera, se ilusionó con volver a las canchas en enero del año próximo, cuando el plantel inicie la pretemporada luego de las vacaciones de verano.
"Sin dudas volveré a jugar. No pienso en otra cosa. Mi único pensamiento es presentarme en enero para la pretemporada. Es un proceso difícil y una recuperación lenta, pero estoy motivado", afirmó el uruguayo durante una entrevista en Fox Sports Radio.
Mora, quien disputó su último partido el 14 de mayo frente a Boca en la Bombonera, fue operado el 23 de junio en el Hospital Italiano, donde le realizaron un forage (una serie de perforaciones en la cabeza del fémur y en la cadera derechas) tras sufrir un infarto óseo por falta de circulación sanguínea.
"Los primeros 45 días fueron los más difíciles por la operación y la poca movilidad. Pero se formó un callo en el hueso y la cicatrización viene evolucionando como esperaban los médicos. Me quedan 45 días para poder empezar a trotar", explicó el atacante, de 29 años.
El uruguayo agradeció a los dirigentes de River ("me dieron confianza y respaldo, me van a esperar hasta que me recupere"), a sus compañeros ("están todo el tiempo pendientes de mí, mandándome mensajes") y también a Marcelo Gallardo, quien lo mantuvo en la lista de buena fe de la Copa Libertadores. "Es muy importante ese gran detalle, aun sabiendo que no va a poder utilizarme. Él me apoyó todo el tiempo y me escribió para saber cómo voy", afirmó.
Sus muestras de gratitud no terminaron allí, ya que también dedicó un párrafo especial a los simpatizantes de Boca que lo animaron a través de las redes sociales. "Más allá de ser el rival de toda la vida, me han escrito unos cuantos diciendo que me ven como una buena persona, que desean que me recupere y que no le desean a nadie lo que me está pasando", reveló.
Más allá de resaltar que está viviendo este período de su vida "con todas las pilas", Mora contó cuáles son los momentos más complicados. "Se me hace difícil ver un partido de River y estar con mis compañeros, porque veo que se cambian para jugar y yo tengo que estar ahí con muletas y sin poder hacer nada, solo darles mi aliento desde el costado. Cuando vuelvo a casa me quedo dando vueltas en la cama, se me hace muy larga la noche", admitió.