Nada es lo mismo en la Copa Libertadores pospandemia. Equipos diezmados por positivos de coronavirus, goleadas inesperadas, protocolos estrictos para los viajes, rendimientos dispares y un ambiente opaco por la falta del público, un elemento clave en el torneo más colorido del mundo. Boca y River, que volverán a ser locales en esta semana luego de medio año, sufrirán por su ausencia.
Ni el Xeneize ni el Millonario instalarán sonido ambiente en las canchas para intentar suplir esa ausencia. Distinta fue la postura que tomó Racing para su duelo ante Nacional de Montevideo (0-1), en el que hubo parlantes en el Cilindro que replicaron las voces de los hinchas en un partido muy especial: el último clásico ante Independiente, ganado con nueve futbolistas por 1-0.
En la transmisión de la TV sí existirá el aliento 'virtual', pero ese audio no sonará dentro de los estadios. Es decir, La Bombonera estará silenciosa y sin el clima habitual para impulsar al equipo de Miguel Ángel Russo, mientras que en el Libertadores de América de Avellaneda, con el Monumental en obras, los dirigidos por Marcelo Gallardo sentirán todavía más el desarraigo.
Desde las 21.30 de este martes, Boca no sentirá el latido de su estadio. A la misma hora pero el miércoles, River no será recibido con colores y estruendos. Por decisión propia, ambos ni siquiera virtualmente compensarán esa ausencia vital para el fútbol, por ahora sin lugar en la nueva normalidad.