Todo pasó por River, los errores y los aciertos. El conjunto de Marcelo Gallardo se hizo amo y señor de un partido que lo tuvo como protagonista, poniendo contra el rincón a su adversario, que viajó a Buenos Aires a esperar el error ajeno y llevarse un punto, aunque casi se saca el premio grande.
El Millonario no hilvanaba juego en la primera media hora, pero Carlos Sánchez daba un aviso, con una especie de penal en movimiento que tiró a las nubes (en la etapa final, desperdiciaría una jugada similar). Nahuel Guzmán no se incomodaba mucho y justamente un pelotazo del Patón le cayó en la cabeza a Ramiro Funes Mori, quien preocupado por marcar a Sobis, se olvidó de seguir la trayectoria del balón, falló y habilitó a Joffre Guerrón, quien eludió fácilmente a Chiarini para el 1 a 0.
Un baldazo de agua helada en el Monumental, teniendo en cuenta que el arquero local había sido simplemente un espectador más hasta ese momento. Voluntarioso, el cuadro del Muñeco fue en la búsqueda del empate y el banco se movió: Mayada entró por Mercado para darle más profundidad al flanco derecho y Álvarez Balanta hizo lo propio por el mellizo, quien abandonó el terreno de juego con un corte en el mentón y un fuerte mareo, provocado por un terrible rodillazo de Julio Chiarini.
El colombiano contagió al público, quien se rompió las palmas aprobando su ingreso (seguramente Gallardo se plantee de aquí en más ponerlo desde cero) y justamente el moreno fue el que le bajó la pelota a Sánchez a la salida de un córner, para que el uruguayo ensayara una pirueta increíble y dejara atónito a Guzmán, que estuvo seguro toda la noche pero en ésta, no pudo ofrecer resistencia.
Guerrón tuvo la victoria en la siguiente, pero Vangioni, quien un rato más tarde saldría por Driussi, la salvó casi en la línea. Después, todo fue de River. Sin tanta claridad pero con mucho empeño, fue arrinconando a Tigres y por poco, los tres puntos quedan en casa, de no ser por uno de los palos del ex guardameta de Newell's, quien no logró contener un remate de Rodrigo Mora. Unidad con sabor a poco para Gallardo y compañía, que los obligará a ganar en Perú ante Juan Aurich (el 12 de marzo).