En el Monumental, River se jugaba la última chance en la Copa Libertadores ante Jorge Wilstermann con la obligación de convertir tres o más goles para cambiar el desenlace de los cuartos de final. Fue 8-0 y lo hizo en un partido histórico con un quinteto de Ignacio Scocco, un doblete de Enzo Pérez y el aporte de Ignacio Fernández.
El Millonario necesitó de 19 minutos para igual la historia y transmitirle tranquilidad a las 50.000 almas que coparon el barrio de Núñez. El ex delantero de Newell's (PT 9,13 y 19 min) sacó una ráfaga de goles de su botín y dejó atónito al conjunto boliviano, que se preparó para aguantar y contragolpear, aunque fue muy dominado y ni siquiera pudo apuntarle al arco de Germán Lux.
A los 36, Pérez se encargó de ampliar la diferencia y dar vuelta la serie tras una gran asistencia de Scocco, la figura del partido que le sacó una media sonrisa a Marcelo Gallardo y les pidió a sus compañeros que sigan yendo para delante de camino a los vestuarios.
El inicio del segundo tiempo fue algo inigualable. Tan solo 40 segundos bastaron para que River recupere la pelota y que Scocco meta el quinto luego de una gran jugada colectiva. La catarata de goles ya no se hizo esperar: Nacho Fernández (ST 7 min) metió el sexto, Scocco (ST 12 min), el séptimo y el octavo llegó a través de una estupenda corrida de Pérez (ST 22 min) para enmarcar una paliza monumental, mientras los jugadores de Wilstermann le miraban el número de su espalda.
River siguió apretando el acelerador hasta el pitazo final y demostró que ante una parada difícil el equipo está más vivo que nunca. Llegó a una nueva semifinal a base de fuerza, voluntad y convicción, y ahora espera por el ganador del cruce entre San Lorenzo (2)-(0) Lanús para conocer a su próximo rival.