River caayó por 2 a 1 en su visita al San Pablo, pero mantiene muy firmes sus chances de clasificación a la próxima instancia de la Libertadores. Para eso deberá sumar ante el Trujillanos de Venezuela, la próxima semana en el Monumental.
Esta noche, el equipo de Marcelo Gallardo no la pasó bien en el primer tiempo, no porque haya sido avasallado, ni nada parecido. Pero jugó incómodo, casi siempre sin la pelota y lejos del arco rival. El local, con poco, le bastó para irse al descanso con ventaja. Algunas triangulaciones en ataque, las ganas de Calleri, la clase de Ganso y Bastos fueron suficiente.
A los 28 el exdelantero de Boca recibió muy solo en el área, tras un centro desde la derecha, la mató de pecho y fusiló a Barovero, que ya le había sacado un buen cabezazo cerca del cuarto de hora. El resultado se ajustaba al juego.
En el complemento River salió con otra actitud y de arranque contó con dos buenas chances como para empatar, con un remate de media distancia de Domingo y con un cabezazo de Alario. Pero a los 15, en su primera clara de la segunda parte, los tricolores no fallaron: Calleri ganó en el área y con cabezazo brutal anotó el segundo.
Con la nueva desventaja el equipo argentino perdió la compostura, D´Alessandro pegó un patadón que era para roja, pero el que se fue de la cancha fue Vangioni por una agresión sin pelota a Calleri, en un acto de tanta impotencia como irresponsabilidad.
Sobre el cierre, y cuando nada lo presagiaba, River llegó al descuento gracias al uruguayo Iván Alonso, quien había entrado un rato antes y que volvió a demostrar que tiene un ángel muy especial para el gol. Básicamente juega poco y la mete mucho. De ahí hasta el final, los visitantes fueron con empuje pero sin claridad y el resultado no se movió más.